Tras forrarse, New York decide comprar los derechos de la primera parte y rodar la misma historia barata en la gran manzana, como era de esperar, pues todo sucede allí.

No hay nada nuevo que contar, todo es igual, niño de familia de clase alta es muy listo y atrapa a unos ladrones más idiotas que el espectador que ve esta película.

Tiene los mismos ingredientes que la primera y la misma función, entretener mientras las productoras se llenan los bolsillos y destrozan la vida de este joven que no ha vuelto a levantar cabeza ni en el cine ni como persona.

Como he dicho en la primera parte, entretenida, tonta y absurda y menos apta para las navidades.