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2.8
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Comedia
En las noches de los años 80, Borjamari y Pocholo se mueven a sus anchas en la discoteca Aguacates. Expertos en hacer bromas “canallas” a las “niñas”, con su desparpajo son los reyes del local. Veinte años después, todo sigue igual. Sólo que ahora, los dos hermanos ya no son nada en Aguacates ni en el nuevo mundo. Nada excepto objeto de mofa y burla. Su primo Pelayo, de quien solían reirse y abusar en la adolescencia, reaparece en sus ... [+]
21 de agosto de 2008
21 de agosto de 2008
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante muchos años, el cine español estuvo prácticamente inundado por lo que se llamó "la comedia española" (más comunmente conocida como "españolada"), que consistía en films con una trama que se iba liando hasta llegar a puntos realmente absurdos.
Afortunadamente, el público le fue dando la espalda a semejantes productos que no dejaban en demasiado buen lugar a nuestro cine. Sin embargo, de vez en cuando, hay directores y productores que se empeñan en recordarnos esa época.
Este es el caso de los responsables del film, Enrique López Lavigne y Juan Cavestany, los cuales buscan descaradamente el chascarrillo fácil con dos personajes dibujados en la actualidad pero que en realidad se quedaron en los años 80. Santiago Segura y Florentino Fernandez (los Bojamari y Pocholo de la película) interpretan a estos dos niños bien cuya mente sigue viviendo los gloriosos años 80 (gloriosos para ellos, claro).
Lo que nos ofrece el film son 90 minutos de un viaje al mundo de los pijos, exagerando hasta casi lo imposible gestos, acentos, y situaciones con el fin de conseguir las carcajadas del publico. Sin embargo, el film acaba cansando hasta la extenuación. Tal vez para realizar un sketche (tipo cruz y raya o martes y trece), de 10 minutos de duración puede resultar divertido, pero durante más tiempo puede ocasionar daños irreversibles.
Afortunadamente, el público le fue dando la espalda a semejantes productos que no dejaban en demasiado buen lugar a nuestro cine. Sin embargo, de vez en cuando, hay directores y productores que se empeñan en recordarnos esa época.
Este es el caso de los responsables del film, Enrique López Lavigne y Juan Cavestany, los cuales buscan descaradamente el chascarrillo fácil con dos personajes dibujados en la actualidad pero que en realidad se quedaron en los años 80. Santiago Segura y Florentino Fernandez (los Bojamari y Pocholo de la película) interpretan a estos dos niños bien cuya mente sigue viviendo los gloriosos años 80 (gloriosos para ellos, claro).
Lo que nos ofrece el film son 90 minutos de un viaje al mundo de los pijos, exagerando hasta casi lo imposible gestos, acentos, y situaciones con el fin de conseguir las carcajadas del publico. Sin embargo, el film acaba cansando hasta la extenuación. Tal vez para realizar un sketche (tipo cruz y raya o martes y trece), de 10 minutos de duración puede resultar divertido, pero durante más tiempo puede ocasionar daños irreversibles.