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Voto de manulynk:
10

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10
8.6
64,443
Comedia
Extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, reemprende la lucha por la supervivencia en compañía de una joven huérfana a ... [+]
12 de febrero de 2009
12 de febrero de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Prácticamente a caballo entre el cine mudo y el cine sonoro, el gran Charles Chaplin nos ofrecía un relato algo más largo de lo habitual de su personaje más conocido, Charlot.
En esta ocasión, Chaplin nos muestra las peripecias de su personaje como empleado de una fábrica moderna y mecanizada. Evidentemente, el director no desaprovecha la ocasión para hacerle pasar un calvario a Charlot a costa de la excesiva automatización y mecanización de las industrias.
Pero bajo las risas se oculta un trasfondo amargo e incluso pesimista. Chaplin nos enseña un mundo empresarial que deshumaniza al empleado, mensaje incluso válido para nuestros tiempos. Más que realizar un film contra el capitalismo, el mensaje crítico que contiene el film es más bien de caracter social ya que lo que viene a criticar son las condiciones de vida a que se ven sometidos los obreros. Eso si, nadie como Chaplin para hacer reir sobre un tema tan serio, lleno de escenas memorables. A pesar que técnicamente el film podia tener sonido, su director apenas utilizó el sonido, excepto en ocasiones puntuales, demostrando además como se puede hacer una película de larga duración sin necesidad que sus personajes estén hablando continuamente.
La planificación de las escenas son perfectas, la historia ha quedado para la posteridad como una crítica profunda al sistema taylorista basado en las cadenas de montaje, y a pesar de ello consiguió que el público saliera riendo del cine. Todo un maestro del cine.
En esta ocasión, Chaplin nos muestra las peripecias de su personaje como empleado de una fábrica moderna y mecanizada. Evidentemente, el director no desaprovecha la ocasión para hacerle pasar un calvario a Charlot a costa de la excesiva automatización y mecanización de las industrias.
Pero bajo las risas se oculta un trasfondo amargo e incluso pesimista. Chaplin nos enseña un mundo empresarial que deshumaniza al empleado, mensaje incluso válido para nuestros tiempos. Más que realizar un film contra el capitalismo, el mensaje crítico que contiene el film es más bien de caracter social ya que lo que viene a criticar son las condiciones de vida a que se ven sometidos los obreros. Eso si, nadie como Chaplin para hacer reir sobre un tema tan serio, lleno de escenas memorables. A pesar que técnicamente el film podia tener sonido, su director apenas utilizó el sonido, excepto en ocasiones puntuales, demostrando además como se puede hacer una película de larga duración sin necesidad que sus personajes estén hablando continuamente.
La planificación de las escenas son perfectas, la historia ha quedado para la posteridad como una crítica profunda al sistema taylorista basado en las cadenas de montaje, y a pesar de ello consiguió que el público saliera riendo del cine. Todo un maestro del cine.