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Voto de manulynk:
10
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10
8.1
12,202
Cine negro. Intriga. Thriller
Tras suicidarse, el policía Tom Duncan deja una carta en la que confiesa haberse dejado sobornar por una banda de gángsters, pero también denuncia la corrupción de altos funcionarios. Cuando el sargento Dave Bannion trata de esclarecer su muerte tropieza con toda clase de obstáculos. (FILMAFFINITY)
29 de abril de 2010
29 de abril de 2010
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras ofrecernos un buen puñado de muestras de su talento, el realizador Fritz Lang volvía sus pasos,hacia el final de su carrera, sobre el género negro con un film no sólo de excelente calidad (como todo que tocaba el genial director) sino además atrevido. Desde sus inicios, los protagonistas del cine negro solían ser personas marginales (timadores, atracadores, gangsters etc.) que conformaban todo un submundo que vivía a la sombra y en connivencia de la opulencia del capitalismo, de quien en el fondo era víctima, y cuyos métodos eran muchos más expeditivos de lo habitual. Sin embargo, en este film, Lang dirigió esta mirada ambigua y oscura, no tanto al llamado "mundo del hampa", como a las instituciones, y entre ellas a la que, en teoria, debe velar por nuestra seguridad: la policia.
El protagonista del film, Bannion (Glenn Ford), encargado de investigar el suicidio de un policia, a medida que se adentra en el caso, va encontrando cada vez más indicios que parecen salpicar a varios cargos policiales. A diferencia de lo que es habitual en el cine negro, Bannion es un personaje "blanco", en el sentido en que no está metido en asuntos turbios, y al principio solo le mueve el deseo de esclarecer los hechos y hacer justicia, aunque posteriormente se convertirá en un asunto personal que tendrá repercusiones no sólo sobre él sino también sobre su familia. La elección de Glenn Ford no es casual, ya que su imagen cuadra a la perfección con la del honrado ciudadano americano medio, a través del cual, Lang nos muestra su lucha contra el crimen la corrupción (las sombras). Y es que con esa excepción, es difícil encontrar en el recorrido de Bannion a un personaje "limpio". A medida que se va adentrando en el caso, incluso cuando ya no le protege la placa, éste se va adentrando en un universo en el que cada vez cuesta más identificar a los "buenos" y a los "malos", poblado por policías corruptos que son protegidos por políticos aún más corruptos, y que éstos a su vez, están dirigidos por oscuros hampones, matones sádicos que disfrutan con su "trabajo" (excelente el Vince Stone que compone Lee Marvin), y cómo no, mujeres fatales con cara de vicio (arrebatadora Gloria Grahame, componiendo el papel modelo de toda "femme fatale" que se precie).
(sigue)
El protagonista del film, Bannion (Glenn Ford), encargado de investigar el suicidio de un policia, a medida que se adentra en el caso, va encontrando cada vez más indicios que parecen salpicar a varios cargos policiales. A diferencia de lo que es habitual en el cine negro, Bannion es un personaje "blanco", en el sentido en que no está metido en asuntos turbios, y al principio solo le mueve el deseo de esclarecer los hechos y hacer justicia, aunque posteriormente se convertirá en un asunto personal que tendrá repercusiones no sólo sobre él sino también sobre su familia. La elección de Glenn Ford no es casual, ya que su imagen cuadra a la perfección con la del honrado ciudadano americano medio, a través del cual, Lang nos muestra su lucha contra el crimen la corrupción (las sombras). Y es que con esa excepción, es difícil encontrar en el recorrido de Bannion a un personaje "limpio". A medida que se va adentrando en el caso, incluso cuando ya no le protege la placa, éste se va adentrando en un universo en el que cada vez cuesta más identificar a los "buenos" y a los "malos", poblado por policías corruptos que son protegidos por políticos aún más corruptos, y que éstos a su vez, están dirigidos por oscuros hampones, matones sádicos que disfrutan con su "trabajo" (excelente el Vince Stone que compone Lee Marvin), y cómo no, mujeres fatales con cara de vicio (arrebatadora Gloria Grahame, componiendo el papel modelo de toda "femme fatale" que se precie).
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Parece evidente que el film tiene su reflejo en la situación real que vivía la sociedad norteamericana, inmersa en pleno "mccarthysmo" en una paranóica persecución contra el fantasma del comunismo que contaminó todos los ámbitos de la sociedad. Este aspecto es innegable, pero no lo es menos que tal circunstancia encontró terreno abonado en el habitual pesimismo de Lang. De hecho, no es este el primer film en el que nos mostraba una sociedad totalmente corrompida, en descomposición, incluso por parte de las mismas instituciones que debe velar por evitar que eso ocurra (tampoco será el último). Ni siquiera este tema es exclusivo de norteamerica, puesto que no debemos olvidar films como "M, el vampiro de Dusseldorf", donde nos hablaba de la sociedad de los años 30 en términos parecidos. Sin duda alguna, éste es un tema recurrente en la filmografia de Lang y no exclusivo de los años 50.
También es cierto, que en esta ocasión el tono es levemente más esperanzador que de costumbre, mostrándonos la lucha de una persona íntegra en esclarecer los hechos. La estética del film cumple un apartado esencial, consiguiendo transmitir una sensación claustrofóbica, asfixiante sobretodo en los interiores en los que se desarrolla la trama, al mismo tiempo, hay una voluntad de ofrecernos una mirada neutra en lo que nos muestra, casi a modo de noticias, en el que el autor se abstiene de ofrecernos juicios de valor, ni siquiera a través de su personaje.
Por otro lado, es curioso y muy resaltable el uso de la violencia en este film, Lang no se está de nada (suicidios, asesinatos, estrangulamientos, bombas en vehículos, maltratos sádicos con café hirviendo....), pero en realidad nunca llegamos a ver dichos actos, puesto que suceden fuera de campo (aunque se sirve ejemplarmente del sonido para resaltar explícitamente dicha violencia), lo que no evita que tengamos la sensación de estar viendo un film violento. Y es que en el fondo eso es lo que pretendía Lang, mostrarnos una sociedad en descomposición general, con una violencia latente que puede explotar en cualquier momento.
Del extraordinario reparto destacaría tres interpretaciones por encima de todas, incluso de la de Glenn Ford, que aunque da perfectamente con el tono de policía íntegro, queda oscurecido por la breve pero intensa presencia de Lee Marvin en plan matón sádico, y la de Gloria Grahame de mujer fatal. A pesar que ya en los años 50, el cine negro, estaba empezando a dar síntomas de agotamiento, Lang contínuaba avanzando ofreciéndonos una obra maestra detrás de otra.
También es cierto, que en esta ocasión el tono es levemente más esperanzador que de costumbre, mostrándonos la lucha de una persona íntegra en esclarecer los hechos. La estética del film cumple un apartado esencial, consiguiendo transmitir una sensación claustrofóbica, asfixiante sobretodo en los interiores en los que se desarrolla la trama, al mismo tiempo, hay una voluntad de ofrecernos una mirada neutra en lo que nos muestra, casi a modo de noticias, en el que el autor se abstiene de ofrecernos juicios de valor, ni siquiera a través de su personaje.
Por otro lado, es curioso y muy resaltable el uso de la violencia en este film, Lang no se está de nada (suicidios, asesinatos, estrangulamientos, bombas en vehículos, maltratos sádicos con café hirviendo....), pero en realidad nunca llegamos a ver dichos actos, puesto que suceden fuera de campo (aunque se sirve ejemplarmente del sonido para resaltar explícitamente dicha violencia), lo que no evita que tengamos la sensación de estar viendo un film violento. Y es que en el fondo eso es lo que pretendía Lang, mostrarnos una sociedad en descomposición general, con una violencia latente que puede explotar en cualquier momento.
Del extraordinario reparto destacaría tres interpretaciones por encima de todas, incluso de la de Glenn Ford, que aunque da perfectamente con el tono de policía íntegro, queda oscurecido por la breve pero intensa presencia de Lee Marvin en plan matón sádico, y la de Gloria Grahame de mujer fatal. A pesar que ya en los años 50, el cine negro, estaba empezando a dar síntomas de agotamiento, Lang contínuaba avanzando ofreciéndonos una obra maestra detrás de otra.