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Voto de manulynk:
10
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10
8.1
32,922
Intriga. Drama. Cine negro. Thriller
Tras realizar un atraco en el que han muerto dos personas, Ben Harper regresa a su casa y esconde el botín confiando el secreto a sus hijos. En la cárcel, antes de ser ejecutado, comparte celda con Harry Powell y en sueños habla del dinero. Tras ser puesto en libertad, Powell, obsesionado por apoderarse del botín, va al pueblo de Harper, enamora a su viuda y se casa con ella. (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2011
30 de agosto de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El actor Charles Laughton nos dejó un excelente film. La historia sigue las desventuras de unos niños que han perdido a su padre, y que asisten impotentes a la llegada de un “nuevo padre”, Harry Powell (Robert Mitchum) cuya presencia es tan maligna como encantadora, y que consigue casarse con la madre de éstos (Shelley Winters). En realidad, la historia que nos cuenta Laughton tiene algo de cuento de terror perverso. La estudiada puesta en escena, con claros tintes expresionistas transmite en todo momento una enorme sensación de desasosiego. Con mucho acierto, la mayor parte del film es visto a través de los ojos de los dos inocentes niños John y Pearl. De hecho son los únicos que tienen toda la información, desde el lugar donde escondió el botín su padre, hasta las perversas intenciones de Powell.
El resto de personajes solo tiene una información fragmentada e incompleta. Laughton pese a internarse en los parámetros del cine negro, no juega con la ambigüedad de sus personajes. En ningún momento del film tenemos dudas sobre quienes son los buenos y quienes los malos, por lo que el mecanismo para generar tensión e intriga no es tanto conocer la identidad de un asesino, sino la incertidumbre por saber si Powell conseguirá sus propósitos. Esta dualidad, bueno-malo, se traduce en una ejemplar puesta en escena con múltiples matices expresionistas y una excelente utilización de la luz, o incluso de su ausencia, creando imágenes tan bellas como estremecedoras en ocasiones (la imagen de Shelley Winters en el rio, la imagen de Powell recortada con la luz de luna mientras cabalga y canta su recurrente canción, el duelo de canciones entre Powell y Lilian Gish, etc).
Simplificando mucho, el film no es más que la eterna lucha entre el Mal y el Bien. Realmente pocos personajes superan el esquematismo típico de los cuentos. El único que consigue trascender es el personaje de Harry Powell, y lo hace gracias sobretodo a la excelente interpretación de Robert Mitchum, es imposible imaginarnos otras facciones en el rostro del taimado y falso predicador con las palabras "amor" y "odio" tatuadas en los dedos.
Es cierto que la historia que nos cuenta Laughton es bastante simplona, su linealidad raya lo infantil, y el director fue plenamente consciente de ello. Lo interesante de su propuesta es la forma de plasmar dicha historia en la pantalla, sirviéndose de recursos estilísticos nada simplones, y pese a la apariencia minimalista de la puesta en escena, bastante complejos y perfectamente estudiados, con lo que consigue un ambiente desasosegante, y ofrecernos imágenes subyugantes que no nos dejan impasibles.
No cabe duda que las grandes virtudes del film de Laughton son sobretodo visuales, otra cosa es que el resto de elementos del film (entre las que destaca la descomunal interpretación de Mitchum), se conjugaron de tal forma que dierion lugar a una de las mejores películas de la historia del cine.
El resto de personajes solo tiene una información fragmentada e incompleta. Laughton pese a internarse en los parámetros del cine negro, no juega con la ambigüedad de sus personajes. En ningún momento del film tenemos dudas sobre quienes son los buenos y quienes los malos, por lo que el mecanismo para generar tensión e intriga no es tanto conocer la identidad de un asesino, sino la incertidumbre por saber si Powell conseguirá sus propósitos. Esta dualidad, bueno-malo, se traduce en una ejemplar puesta en escena con múltiples matices expresionistas y una excelente utilización de la luz, o incluso de su ausencia, creando imágenes tan bellas como estremecedoras en ocasiones (la imagen de Shelley Winters en el rio, la imagen de Powell recortada con la luz de luna mientras cabalga y canta su recurrente canción, el duelo de canciones entre Powell y Lilian Gish, etc).
Simplificando mucho, el film no es más que la eterna lucha entre el Mal y el Bien. Realmente pocos personajes superan el esquematismo típico de los cuentos. El único que consigue trascender es el personaje de Harry Powell, y lo hace gracias sobretodo a la excelente interpretación de Robert Mitchum, es imposible imaginarnos otras facciones en el rostro del taimado y falso predicador con las palabras "amor" y "odio" tatuadas en los dedos.
Es cierto que la historia que nos cuenta Laughton es bastante simplona, su linealidad raya lo infantil, y el director fue plenamente consciente de ello. Lo interesante de su propuesta es la forma de plasmar dicha historia en la pantalla, sirviéndose de recursos estilísticos nada simplones, y pese a la apariencia minimalista de la puesta en escena, bastante complejos y perfectamente estudiados, con lo que consigue un ambiente desasosegante, y ofrecernos imágenes subyugantes que no nos dejan impasibles.
No cabe duda que las grandes virtudes del film de Laughton son sobretodo visuales, otra cosa es que el resto de elementos del film (entre las que destaca la descomunal interpretación de Mitchum), se conjugaron de tal forma que dierion lugar a una de las mejores películas de la historia del cine.