Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with manulynk
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por manulynk
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de manulynk:
8
Voto de manulynk:
8
7.2
114,781
23 de febrero de 2008
23 de febrero de 2008
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Coen, han conseguido, pese a que su producción cinematográfica ha tenido una trayectoria un tanto irregular y errática, crear una cierta expectación cada vez que estrenan una película.
Parecía que los dos hermanos volvían a sus orígenes. Sin embargo había un detalle curioso, y es que el film se basaba en una novela del escritor Roger McCormack.
Una vez visto el film, si hubiera que ponerle un adjetivo a lo visto, el primero de la lista sería (al menos en mi caso) el de desolador. La historia no puede ser más simple: Estamos en algún lugar fronterizo entre los Estados Unidos y México, mientras está de caza, Llewelyn (Josh Brolin) se tropieza casualmente de dos millones de dólares, iniciando una huida mientras le persigue un despiadado asesino, Anton Chigurh (Javier Bardem). El tercero en liza es un viejo policía (interpretado por Tommy Lee Jones) que intenta seguir el rastro de ambos. Rastro únicamente identificable por el reguero de cadáveres que van dejando a su paso.
Posiblemente esta sea una de las películas más extrañas que hayan realizado los Coen. Extraña sobretodo en el sentido en que no parece un film típico de los Coen. El humor negro, la ironía y los excesos típicos de los Coen apenas tienen presencia en esta película. Con un punto de partida sencillo, tres hombres que se buscan por diferentes motivos, los Coen construyen un film en el que las elipsis son tan importantes como lo que nos muestran las imágenes. O incluso más. De hecho, los tres protagonistas parecen moverse en círculos sin llegar a encontrarse nunca. En contínuo movimiento. Y todo ello con una puesta en escena totalmente depurada, sin banda sonora, sin excesivos diálogos, con paisajes prácticamente deshabitados, habitaciones de motel baratas. Los Coen confían en la fuerza de su imágenes, secas y contundentes a la hora de mostrar la violencia, y de un universo particular que parece casi deshabitado (imágenes que quedan impresas en la retina inlcuso pasados unos días), en un ejercicio de estilo totalmente depurado, y en la interpretación de los tres protagonistas entre los que sobresale por encima de ellos Javier Bardem.
No hay duda que es el personaje más suculento de los tres, pero Bardem lo borda. Su composición del peculiar asesino Anton Chigurh es impresionante, su presencia se hace omnipresente a lo largo de toda la película, no como un Dios, sino más bien como una especie de diablo, conjurado para liquidar prácticamente todo lo que se mueve, que aparece aquí y allá, y que parece indestructible.
Aunque el que acaba conteniendo la verdadera esencia del film es el personaje de Tommy Lee Jones, el cual, desde una posición mucho más estática, y es el único que, con un planteamiento tremendamente pesimista, ve que la forma de acabar de dar vueltas es justamente detenerse de una vez, aunque.....
¿Cuándo dejarías de buscar dos millones de dólares?
Parecía que los dos hermanos volvían a sus orígenes. Sin embargo había un detalle curioso, y es que el film se basaba en una novela del escritor Roger McCormack.
Una vez visto el film, si hubiera que ponerle un adjetivo a lo visto, el primero de la lista sería (al menos en mi caso) el de desolador. La historia no puede ser más simple: Estamos en algún lugar fronterizo entre los Estados Unidos y México, mientras está de caza, Llewelyn (Josh Brolin) se tropieza casualmente de dos millones de dólares, iniciando una huida mientras le persigue un despiadado asesino, Anton Chigurh (Javier Bardem). El tercero en liza es un viejo policía (interpretado por Tommy Lee Jones) que intenta seguir el rastro de ambos. Rastro únicamente identificable por el reguero de cadáveres que van dejando a su paso.
Posiblemente esta sea una de las películas más extrañas que hayan realizado los Coen. Extraña sobretodo en el sentido en que no parece un film típico de los Coen. El humor negro, la ironía y los excesos típicos de los Coen apenas tienen presencia en esta película. Con un punto de partida sencillo, tres hombres que se buscan por diferentes motivos, los Coen construyen un film en el que las elipsis son tan importantes como lo que nos muestran las imágenes. O incluso más. De hecho, los tres protagonistas parecen moverse en círculos sin llegar a encontrarse nunca. En contínuo movimiento. Y todo ello con una puesta en escena totalmente depurada, sin banda sonora, sin excesivos diálogos, con paisajes prácticamente deshabitados, habitaciones de motel baratas. Los Coen confían en la fuerza de su imágenes, secas y contundentes a la hora de mostrar la violencia, y de un universo particular que parece casi deshabitado (imágenes que quedan impresas en la retina inlcuso pasados unos días), en un ejercicio de estilo totalmente depurado, y en la interpretación de los tres protagonistas entre los que sobresale por encima de ellos Javier Bardem.
No hay duda que es el personaje más suculento de los tres, pero Bardem lo borda. Su composición del peculiar asesino Anton Chigurh es impresionante, su presencia se hace omnipresente a lo largo de toda la película, no como un Dios, sino más bien como una especie de diablo, conjurado para liquidar prácticamente todo lo que se mueve, que aparece aquí y allá, y que parece indestructible.
Aunque el que acaba conteniendo la verdadera esencia del film es el personaje de Tommy Lee Jones, el cual, desde una posición mucho más estática, y es el único que, con un planteamiento tremendamente pesimista, ve que la forma de acabar de dar vueltas es justamente detenerse de una vez, aunque.....
¿Cuándo dejarías de buscar dos millones de dólares?