Poseidón, la última película del periplo estadounidense de Wolfgang Petersen hasta la fecha (y última a secas hasta que volvió a Alemania en 2018 para dirigir la comedia criminal Cuatro contra el banco), es una cinta de aventuras y catástrofes que sigue al pie de la letra los parámetros del género.
Su ajustadísima duración impide el aburrimiento, la acción va directa al grano tras una breve presentación de personajes, y da exactamente lo que promete. Es decir: acción, entretenimiento puro y duro para comerse unas palomitas en el cine y pasar un buen "mal" rato, efectos especiales espectaculares y mucha aventura. Nada que criticar.
O, bueno, sí. Porque los personajes son apenas esqueletos (en manos de muy buenos actores, eso sí, aunque poco pueden hacer con semejante pobreza dramática entre las manos) y no da demasiada pena cuando les ocurren desgracias. Además, sorprende lo fácil que es adivinar el orden en el que van a ir cayendo los supervivientes... vamos, que en tiempos del Black Lives Matter, esta película lo tendría crudo si se estrenase ahora (primero porque apenas hay un personaje negro y segundo porque... bueno, vean la película y juzguen ustedes mismos quiénes son, curiosamente, los primeros con los que la Naturaleza hace su trabajo, después del impacto de la ola gigante).
En definitiva, un entretenimiento correcto, sin más.

Lo mejor: Se pasa volando. Es un entretenimiento total. Los efectos visuales son espectaculares y da lo que promete.
Lo peor: Los personajes son tópicos a más no poder y su "selección natural" es cuanto menos curiosa, por decirlo finamente.