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Terror
Josh (Patrick Wilson), su esposa Renai (Rose Byrne) y sus tres hijos acaban de mudarse a una vieja casa. Pero, tras un desgraciado accidente, uno de los niños entra en coma y, al mismo tiempo, empiezan a producirse en la casa extraños fenómenos que aterrorizan a la familia. (FILMAFFINITY)
28 de enero de 2022
28 de enero de 2022
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Desde luego, Insidious fue un negocio redondo.
Con un asombroso presupuesto de un millón y medio de dólares, escasísimo para casi cualquier película que se precie, James Wan y Leigh Whannell (el dúo detrás de la primera Saw, que es una maravilla, independientemente de cómo ha degenerado después la saga) convirtieron su cinta en una de las más exitosas e influyentes del terror moderno.
Sin embargo, vista hoy, la pregunta es: ¿Qué se le vio a Insidious en su día? Porque miedo, lo que se dice miedo, no es que de mucho, la verdad. De hecho, las apariciones demoniacas dan bastante risa, y el desarrollo de personajes e historia es plano a más no poder. De hecho, dos de sus discípulas, como son Sinister y Hereditary, consiguieron ser mucho, pero muchísimo más "malrolleras" y aterradoras jugando con casi los mismos elementos: una pobre familia a merced de un ente sobrenatural y la relación entre las personas y el mundo de los espectros/los demonios/las almas perdidas. Ni siquiera ese final abrupto y abierto termina de convencer ni de aterrorizar, pese a los esfuerzos de unos entregados Patrick Wilson y Rose Byrne (antes de descubrir que su territorio natural es la comedia gamberra).
Una película francamente pobre, muy sobrevalorada y que apenas llega al suficiente, gracias al talento y la personalidad de James Wan tras la cámara.
Lo mejor: Su aprovechamiento de los medios con los que cuenta y la realización de James Wan.
Lo peor: No es nada del otro mundo. Sinceramente, no se entiende qué le vieron en su momento.
Con un asombroso presupuesto de un millón y medio de dólares, escasísimo para casi cualquier película que se precie, James Wan y Leigh Whannell (el dúo detrás de la primera Saw, que es una maravilla, independientemente de cómo ha degenerado después la saga) convirtieron su cinta en una de las más exitosas e influyentes del terror moderno.
Sin embargo, vista hoy, la pregunta es: ¿Qué se le vio a Insidious en su día? Porque miedo, lo que se dice miedo, no es que de mucho, la verdad. De hecho, las apariciones demoniacas dan bastante risa, y el desarrollo de personajes e historia es plano a más no poder. De hecho, dos de sus discípulas, como son Sinister y Hereditary, consiguieron ser mucho, pero muchísimo más "malrolleras" y aterradoras jugando con casi los mismos elementos: una pobre familia a merced de un ente sobrenatural y la relación entre las personas y el mundo de los espectros/los demonios/las almas perdidas. Ni siquiera ese final abrupto y abierto termina de convencer ni de aterrorizar, pese a los esfuerzos de unos entregados Patrick Wilson y Rose Byrne (antes de descubrir que su territorio natural es la comedia gamberra).
Una película francamente pobre, muy sobrevalorada y que apenas llega al suficiente, gracias al talento y la personalidad de James Wan tras la cámara.
Lo mejor: Su aprovechamiento de los medios con los que cuenta y la realización de James Wan.
Lo peor: No es nada del otro mundo. Sinceramente, no se entiende qué le vieron en su momento.