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Voto de Sibila de Delfos:
6
Comedia. Drama Año 1939. Solo quedan 3 meses para que acabe la Guerra Civil española. El cabo Juan Castro, un joven de Jaén que combate en el bando nacional, encuentra una mula perdida en medio del campo de batalla y decide esconderla para llevársela a casa al final de la guerra. Con su mula y con las cuatrocientas pesetas que lleva en el bolsillo intentará conquistar a la chica más guapa que ha visto nunca. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mula es una de esas películas que ha terminado por hacerse más famosa por su tortuoso proceso de producción que por sus resultados. No cabe analizar aquí las razones por las que Michael Radford abandonó el rodaje o por qué la película ha acabado exhibiéndose sin director en sus créditos. Lo que importa es si La mula es o no una buena película. Y la respuesta es sí.
Nos encontramos con un trabajo de lo más cuidado, hecho con mucha alma y mucho cariño, que rebosa humanidad y ternura por todos sus costados, y además es un estupendo entretenimiento. Transmite una sensación muy hermosa de hermanamiento con el cine de Berlanga, al que debe mucho, ese cine sencillo, divertido y amable que conectaba con los sentimientos de los espectadores y con sus realidades.
El problema viene por la indefinición de la historia, adaptación de una novela de Juan Eslava Galán. Quizá en la obra escrita todo cuadre con mejor armonía, pero La mula, la película, nunca sabe hacia donde disparar, o mejor dicho, dispara en demasiadas direcciones. No sabe si quiere ser una historia de amor, una de amistad entre dos hombres, otra de amistad entre un hombre y un animal, un drama de la Guerra Civil (y aquí se encuadra una de las mejores secuencias de la película, que es la conversación entre el personaje de Casas y el de un excelente Jesús Carroza), o una comedia. Así, el ritmo se desajusta continuamente y hay una sensación de que los personajes, incluyendo a Conchi y a la propia mula, aparecen y desaparecen sin saberse muy bien por qué, según cambia la película de género.
Mario Casas ya no puede seguir siendo tratado como un fenómeno pasajero y un fenómeno de adolescentes. Ha venido para quedarse, y la maravillosa sorpresa es que ha tapado muchas bocas de los que lo despreciaban como intérprete por ese furor femenino que despierta. Casas es un actor de los pies a la cabeza, y en los últimos dos años ha demostrado que tiene madera para personajes tan diferentes como los que acomete en Grupo 7, Ismael, Las brujas de Zugarramurdi. En La mula está fantástico, muy simpático, a tono con toda la película. Sorprendentemente, María Valverde también da lo mejor de sí, haciéndonos olvidar un poco los horrores de la etapa de Los Borgia y las naderías de Tres metros sobre el cielo y secuela. También la traiciona el acento forzado, eso sí, pero cumple muy bien con lo que requiere el personaje. Mucho más airoso en el tema de la credibilidad en la caracterización sale Secun de la Rosa, un comediante nato, experto en resultar mitad encantador y mirad extenuante. Los secundarios brillan también a un gran nivel, arropando al trío protagonista de forma excelente, especialmente Daniel Grao, Luis Callejo, Pepa Rus y Eduardo Velasco.
En definitiva una película amable, agradable de ver y muy simpática, pero en modo alguno memorable por nada.

Lo mejor: Lo simpática que resulta, el cariño con el que está hecha y los actores secundarios.
Lo peor: No hay un auténtico foco en la narración y no sabe muy bien qué película quiere ser.
Sibila de Delfos
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