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Voto de Sibila de Delfos:
7

Voto de Sibila de Delfos:
7
5.6
6,213
Ciencia ficción. Drama. Terror
Cuando la especie humana se adapta a un entorno artificial, el cuerpo humano es objeto de nuevas transformaciones y mutaciones. Con la ayuda de su compañera Caprice (Léa Seydoux), Saul Tenser (Viggo Mortensen), célebre artista performativo, escenifica la metamorfosis de sus órganos en espectáculos de vanguardia. Timlin (Kristen Stewart), una investigadora de la Oficina del Registro Nacional de Órganos, sigue de cerca sus prácticas. Es ... [+]
30 de octubre de 2022
30 de octubre de 2022
29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Cronenberg se prodiga por la gran pantalla con poca frecuencia (hacía 8 años de su anterior película, la muy reivindicable Maps to the starts), pero cuando lo hace da que hablar. O por lo menos lo intenta, ya que Crímenes del futuro ha pasado un poco desapercibida. Algo normal también, teniendo en cuenta que las salas de cine son algo reservado ya casi en exclusiva para superhéroes y grandes blockbusters.
Crímenes del futuro es body horror, sin duda. Es desagradable, sangrienta, perturbadora y, desde luego, no para todos los públicos ni para todos los gustos. Pero también es una extraña distopía, avisando de lo que podría depararnos el futuro respecto a la alimentación, la evolución humana, los avances médicos y su ética cuestionable (a veces) o el medio ambiente, incluso, a la vez de la alienación del espíritu humano y el sacrificio del individualismo y la intimidad física y emocional. De todo eso habla Crímenes del futuro, tras el disfraz de ese "perfomance art" que haría titubear incluso a Marina Abramovic. La película es puro riesgo, es algo salvaje, que no se deja dominar por las convenciones del cine actual, y ya sólo por eso debería ser considerada entre lo mejor y más original del año, porque sencillamente lo es. Tiene más agallas que todo el cine de superhéroes visto este año, y se envuelve en la bandera de la provocación y la transgresión para no dejar indiferente a nadie. Y vaya si lo consigue.
Esto no quita para que haya muchas cosas mejorables, como ciertos detalles del guion que vienen cogidos con hilos (¿cómo se explica el sufrimiento de Tenser si se supone que el dolor ya no es un problema para los humanos?), y el hecho de que queda la sensación de que, más allá de su interesantísimo fondo y su capacidad para provocar, no había realmente una auténtica historia que contar, y el tono detectivesco de la parte final no termina de funcionar.
Pero hay otra cosa que debería estar fuera de toda duda, y es la fabulosa interpretación de los tres protagonistas que Cronenberg pone frente a la cámara. Por un lado, tenemos a Viggo Mortensen, ya veterano del cine del realizador, que no tiene nada que demostrar ya a estas alturas, y aun así sigue empeñado en mostrar al público que es un actor todoterreno, sin miedo a nada, y muy poco interesado por moverse en los círculos comerciales cuyas puertas se le abrieron tras el éxito de El señor de los anillos. Está sencillamente fabuloso en un personaje muy complicado que fácilmente podría haber caído en el ridículo. A su lado, Léa Seydoux, otra intérprete que podría haberse dejado caer suavemente en multitud de comedias románticas y cine de acción sin mucho cerebro, pero ha preferido optar por el riesgo de los márgenes. Aporta también aquí no sólo una química brutal con Mortensen, sino muchísimo histrionismo y misterio. Y en el tercer lado del triángulo, Kristen Stewart, en un personaje muy diferente a otros en los que se la ha podido ver, que requiere mucho más trabajo de ojos y cuerpo, y que la galardonada actriz de Spencer borda sin despeinarse. Ojalá de una vez se termine el prejuicio "crepuscular" contra ella, porque lleva años labrándose una carrera impresionante y demostrando que puede con lo que le echen.
Este es el cine de David Cronenberg. Siempre arriesgado, siempre polémico, siempre sobrio, siempre sorprendente. Y, por supuesto, nunca para todos los paladares y gustos.
Lo mejor: El trío protagonista, sublime, y la innegable valentía de David Cronenberg. Ya no se hace cine tan arriesgado.
Lo peor: Hay cosas del argumento que quedan cogidas con hilos, y no parece haber mucho más detrás de su transgresión.
Crímenes del futuro es body horror, sin duda. Es desagradable, sangrienta, perturbadora y, desde luego, no para todos los públicos ni para todos los gustos. Pero también es una extraña distopía, avisando de lo que podría depararnos el futuro respecto a la alimentación, la evolución humana, los avances médicos y su ética cuestionable (a veces) o el medio ambiente, incluso, a la vez de la alienación del espíritu humano y el sacrificio del individualismo y la intimidad física y emocional. De todo eso habla Crímenes del futuro, tras el disfraz de ese "perfomance art" que haría titubear incluso a Marina Abramovic. La película es puro riesgo, es algo salvaje, que no se deja dominar por las convenciones del cine actual, y ya sólo por eso debería ser considerada entre lo mejor y más original del año, porque sencillamente lo es. Tiene más agallas que todo el cine de superhéroes visto este año, y se envuelve en la bandera de la provocación y la transgresión para no dejar indiferente a nadie. Y vaya si lo consigue.
Esto no quita para que haya muchas cosas mejorables, como ciertos detalles del guion que vienen cogidos con hilos (¿cómo se explica el sufrimiento de Tenser si se supone que el dolor ya no es un problema para los humanos?), y el hecho de que queda la sensación de que, más allá de su interesantísimo fondo y su capacidad para provocar, no había realmente una auténtica historia que contar, y el tono detectivesco de la parte final no termina de funcionar.
Pero hay otra cosa que debería estar fuera de toda duda, y es la fabulosa interpretación de los tres protagonistas que Cronenberg pone frente a la cámara. Por un lado, tenemos a Viggo Mortensen, ya veterano del cine del realizador, que no tiene nada que demostrar ya a estas alturas, y aun así sigue empeñado en mostrar al público que es un actor todoterreno, sin miedo a nada, y muy poco interesado por moverse en los círculos comerciales cuyas puertas se le abrieron tras el éxito de El señor de los anillos. Está sencillamente fabuloso en un personaje muy complicado que fácilmente podría haber caído en el ridículo. A su lado, Léa Seydoux, otra intérprete que podría haberse dejado caer suavemente en multitud de comedias románticas y cine de acción sin mucho cerebro, pero ha preferido optar por el riesgo de los márgenes. Aporta también aquí no sólo una química brutal con Mortensen, sino muchísimo histrionismo y misterio. Y en el tercer lado del triángulo, Kristen Stewart, en un personaje muy diferente a otros en los que se la ha podido ver, que requiere mucho más trabajo de ojos y cuerpo, y que la galardonada actriz de Spencer borda sin despeinarse. Ojalá de una vez se termine el prejuicio "crepuscular" contra ella, porque lleva años labrándose una carrera impresionante y demostrando que puede con lo que le echen.
Este es el cine de David Cronenberg. Siempre arriesgado, siempre polémico, siempre sobrio, siempre sorprendente. Y, por supuesto, nunca para todos los paladares y gustos.
Lo mejor: El trío protagonista, sublime, y la innegable valentía de David Cronenberg. Ya no se hace cine tan arriesgado.
Lo peor: Hay cosas del argumento que quedan cogidas con hilos, y no parece haber mucho más detrás de su transgresión.