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Voto de Sibila de Delfos:
7
Voto de Sibila de Delfos:
7
5.6
32,079
Romance. Comedia
Ruth (Inma Cuesta), una joven investigadora en una universidad, asiste a las sucesivas bodas de sus ex, de los que fueron sus "hombres de su vida", sin que ella consiga encontrar a su media naranja. ¿Hay algo peor que tu ex novio se case con otra y te invite a su boda? Sí, que te pase tres veces en un mes, no saber decir que no, y que el único al que consigas convencer para que te acompañe sea tu nuevo becario. Un alérgico al ... [+]
31 de marzo de 2014
31 de marzo de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
3 bodas de más no engaña a nadie. Es una comedia para pasar un rato entretenido durante 85 minutos de nuestra vida. Y vaya si lo consigue.
Al contrario de lo que pudiera parecer a algunos escépticos, la película de Javier Ruiz Caldera resulta la mar de divertida y sabe muy bien cómo trabajar los gags. No ayuda, sin embargo, que los mejores (el prólogo de la ruptura, el reencuentro de Ruth con sus tres ex novios, el del bebé en el baño, etc) ya aparecieran en el trailer. Pero la comedia se deja ver con muchísima facilidad y con sorprendente agrado, y eso ocurre gracias a las toneladas de encanto, simpatía y sobre todo frescura que tiene. Y por supuesto también a algo que comparte con otra gran comedia de 2013, La Gran Familia Española, que es un aire internacional y universal que se manifiesta en el uso de la música y especialmente las canciones, el estilo visual y sobre todo la clara voluntad de resultar lo más comercial posible. Lo cual no tiene nada de malo, por cierto, que a veces parece que es un pecado querer hacer dinero y gustar al máximo número de personas posible... no lo es, y menos si se hace con tanta gracia como en 3 bodas de más.
Precisamente por eso no le hacía ninguna falta a la película ponerse tan escatológica como se pone de vez en cuando (y ya no hablo solo de los chistes con fluidos corporales, sino de las charlas sobre porno que tienen Ruth y Dani), y desde luego que se le podría criticar la nula originalidad o profundización en los personajes (tampoco lo pretendía), o la prisa que parece entrarle a la narración al final, al despachar la boda de Pedro en apenas dos minutos. Se desperdicia mucho el potencial de este personaje y de Berto Romero, que está espléndido y muy divertido. Afortunadamente, el trabajo de los actores y sobre todo de las actrices es tan bueno que sostiene de sobra el espectáculo. Laura Sánchez sale más que airosa en su debut como actriz, Rossy de Palma está apoteósica en un rol a su medida y Silvia Abril aprovecha muy bien sus escasos minutos en pantalla. Entre los hombres, Martiño Rivas le pone ganas y encanto, aunque sigue faltándole algo de naturalidad al hablar (a ratos se nota demasiado que está recitando un guión) y Quim Gutiérrez explota de nuevo su faceta más seductora mezclada con algo de vulnerabilidad. Pero la estrella es Inma Cuesta. Al fin en un papel cómico, la actriz jienense domina perfectamente la película de principio a fin, consiguiendo que nos olvidemos de lo poco creíble que resulta que una chica tan guapa, lista, maja y encantadora no tenga suerte en el amor. Es gracias a ella que el gracioso proceso de madurez emocional de Ruth resulta interesante y emotivo. Cuesta siempre ha apuntado muy alto y ahora ha demostrado que puede de sobra con cualquier género. Olviden a la promesa de Águila Roja o el musical de Mecano. Su aura ya es una realidad.
Una estupenda propuesta que, junto con otras cintas recientes como Ocho apellidos vascos, la mencionada La Gran Familia Española o Kamikaze, confirma la excepcional salud de la comedia Made in Spain. A disfrutarla.
Lo mejor: Las actrices, capitaneados por una excelente Inma Cuesta, y la frescura e innata simpatía de la propuesta.
Lo peor: Los toques escatológicos y lo desaprovechado que está el personaje de Berto Romero (y él mismo como actor). Y que tampoco es ninguna obra maestra, para qué engañarnos.
Al contrario de lo que pudiera parecer a algunos escépticos, la película de Javier Ruiz Caldera resulta la mar de divertida y sabe muy bien cómo trabajar los gags. No ayuda, sin embargo, que los mejores (el prólogo de la ruptura, el reencuentro de Ruth con sus tres ex novios, el del bebé en el baño, etc) ya aparecieran en el trailer. Pero la comedia se deja ver con muchísima facilidad y con sorprendente agrado, y eso ocurre gracias a las toneladas de encanto, simpatía y sobre todo frescura que tiene. Y por supuesto también a algo que comparte con otra gran comedia de 2013, La Gran Familia Española, que es un aire internacional y universal que se manifiesta en el uso de la música y especialmente las canciones, el estilo visual y sobre todo la clara voluntad de resultar lo más comercial posible. Lo cual no tiene nada de malo, por cierto, que a veces parece que es un pecado querer hacer dinero y gustar al máximo número de personas posible... no lo es, y menos si se hace con tanta gracia como en 3 bodas de más.
Precisamente por eso no le hacía ninguna falta a la película ponerse tan escatológica como se pone de vez en cuando (y ya no hablo solo de los chistes con fluidos corporales, sino de las charlas sobre porno que tienen Ruth y Dani), y desde luego que se le podría criticar la nula originalidad o profundización en los personajes (tampoco lo pretendía), o la prisa que parece entrarle a la narración al final, al despachar la boda de Pedro en apenas dos minutos. Se desperdicia mucho el potencial de este personaje y de Berto Romero, que está espléndido y muy divertido. Afortunadamente, el trabajo de los actores y sobre todo de las actrices es tan bueno que sostiene de sobra el espectáculo. Laura Sánchez sale más que airosa en su debut como actriz, Rossy de Palma está apoteósica en un rol a su medida y Silvia Abril aprovecha muy bien sus escasos minutos en pantalla. Entre los hombres, Martiño Rivas le pone ganas y encanto, aunque sigue faltándole algo de naturalidad al hablar (a ratos se nota demasiado que está recitando un guión) y Quim Gutiérrez explota de nuevo su faceta más seductora mezclada con algo de vulnerabilidad. Pero la estrella es Inma Cuesta. Al fin en un papel cómico, la actriz jienense domina perfectamente la película de principio a fin, consiguiendo que nos olvidemos de lo poco creíble que resulta que una chica tan guapa, lista, maja y encantadora no tenga suerte en el amor. Es gracias a ella que el gracioso proceso de madurez emocional de Ruth resulta interesante y emotivo. Cuesta siempre ha apuntado muy alto y ahora ha demostrado que puede de sobra con cualquier género. Olviden a la promesa de Águila Roja o el musical de Mecano. Su aura ya es una realidad.
Una estupenda propuesta que, junto con otras cintas recientes como Ocho apellidos vascos, la mencionada La Gran Familia Española o Kamikaze, confirma la excepcional salud de la comedia Made in Spain. A disfrutarla.
Lo mejor: Las actrices, capitaneados por una excelente Inma Cuesta, y la frescura e innata simpatía de la propuesta.
Lo peor: Los toques escatológicos y lo desaprovechado que está el personaje de Berto Romero (y él mismo como actor). Y que tampoco es ninguna obra maestra, para qué engañarnos.