¡Vaya vacaciones! no es un completo desastre, porque se puede decir que es entretenida, sin duda. Además, los actores hacen lo que pueden, con un Robin Williams al frente que, si bien ya no era el de los 90, seguía siendo único para sacar una sonrisa al espectador y ser enormemente simpático. A su alrededor, Kristin Chenowetz, Jeff Daniels, un jovencísimo Josh Hutcherson, Hunter Parrish o la cantante JoJo, a modo de simpático conjunto para complementar el trabajo de la estrella, que es Williams.
El problema es que la película es bastante sosa, la hemos visto mil veces y no es ni demasiado graciosa ni demasiado nada. Es ni chicha ni limoná. Y es una pena ver que Barry Sonnefeld ha terminado así, o haciendo comedias bobas en el cine francés (por raro que pueda parecer), cuando fue lo más de lo más del entretenimiento gracias a sagas como Men in Black o La familia Addams.
Pasa sin pena ni gloria. Sólo para ratos aburridos que llenar con algo ligero.