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Voto de Sibila de Delfos:
5
Voto de Sibila de Delfos:
5
5.3
708
18 de abril de 2020
18 de abril de 2020
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fiebre del ladrillo aprueba con un 5, sí, pero de milagro.
Y aprueba porque tiene momentos divertidos y un estilo a ratos que parece casi de videoclip, con esa dirección tan dinámica de Cüneyt Kaya. También aprueba porque David Kross es un actorazo que engrandece cada proyecto en el que participa. Hace ya doce años de su descubrimiento en The Reader, donde le aguantaba el tipo a la perfección a una Kate Winslet en la plenitud de sus facultades como actriz (que ya es decir), y Kross ha madurado hasta convertirse en un actor extraordinario. Clava perfectamente en esta ocasión la personalidad canalla de su rol, pero haciéndolo también simpático.
El problema es que Kaya pierde una buena oportunidad, que tenía servida en bandeja sobre la mesa, para haber hecho una película que dijera algo importante sobre la especulación del ladrillo en estos últimos años y especialmente durante la crisis económica. Fiebre del ladrillo es más un ejercicio de estilo, una especie de mezcla mal hecha de comedia y thriller que no termina de funcionar, y deja pasar la oportunidad de haber hecho algo importante que se hubiera podido recordar como una buena película.
No es el caso.
Y aprueba porque tiene momentos divertidos y un estilo a ratos que parece casi de videoclip, con esa dirección tan dinámica de Cüneyt Kaya. También aprueba porque David Kross es un actorazo que engrandece cada proyecto en el que participa. Hace ya doce años de su descubrimiento en The Reader, donde le aguantaba el tipo a la perfección a una Kate Winslet en la plenitud de sus facultades como actriz (que ya es decir), y Kross ha madurado hasta convertirse en un actor extraordinario. Clava perfectamente en esta ocasión la personalidad canalla de su rol, pero haciéndolo también simpático.
El problema es que Kaya pierde una buena oportunidad, que tenía servida en bandeja sobre la mesa, para haber hecho una película que dijera algo importante sobre la especulación del ladrillo en estos últimos años y especialmente durante la crisis económica. Fiebre del ladrillo es más un ejercicio de estilo, una especie de mezcla mal hecha de comedia y thriller que no termina de funcionar, y deja pasar la oportunidad de haber hecho algo importante que se hubiera podido recordar como una buena película.
No es el caso.