Sorprende lo lejos que consigue llegar esta película gracias al talento con el se consigue convertir la simplicidad de su planteamiento en una película que tiene muchas virtudes y muy pocos defectos.

La brujería y la temible Inquisición española terminan por ser un simple pretexto para narrarnos una historia que acepta muchas lecturas: desde el empoderamiento de la mujer hasta el rechazo a un extremismo conservador que sólo puede ser combatido con sus mismas armas (en este caso... de mujer). Contar la historia desde el punto de vista de sus cinco protagonistas femeninas, hace que la trama tenga mucha más potencia y frescura, y que los espectadores terminemos también por caer hechizados, incluso en mayor medida que el propio juez de Lancre.

El ejercicio de estilo consigue presentarnos la película de forma atractiva y moderna, generando una curioso contrapunto con la época histórica en que transcurre la película, moviéndose continuamente entre géneros que nos hacen olvidarnos de otras películas históricas similares, con un resultado intenso, original y estimulante.

Lo mejor: El resultado de la película es impecable, muy superior a otras películas nacionales mucho más pretenciosas.

Lo peor: Algunos espectadores se verán defraudos por no haber visto brujas en una película de brujería. Bueno, y el desenlace, que es un poco condescendiente.

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