Gran triunfadora en el reciente festival de cine internacional de Donostia/San Sebastián, al conseguir, con la máxima puntuación histórica, el Premio del Público.

Y, hombre, había otras que podían haber ganado, pero, tal y como es el film, no me ha extrañado mucho.

Y es que la cinta está llena de buenos sentimientos. Tiene gran ternura hacia para con sus personajes, desprende humanidad por los cuatro costados y el amor fraterno así como la presencia amenazante de la muerte, a quien se le hace frente con determinación, son elementos que se presentan con amabilidad, humor, bondad y mucha sensibilidad, hacen de esta película un agradable pasatiempo en el que el fondo puede más que la forma.

Y es que, a mí personalmente, no me ha parecido que técnicamente sea un prodigio de virtudes. Así, por ejemplo, el guion me parece, sobre todo en su primer tercio, algo deslavazado, pero según avanza la historia va adquiriendo todo aquello que al gran público le gusta (spoiler)

Te lo pasas bien, las interpretaciones funcionan y "El bolero de Ravel", hace el resto.

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