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España España · Barcelona
Voto de Tombol:
4
Drama Jefferson Smith (James Stewart), un joven ingenuo e idealista, que parece fácilmente manipulable, es nombrado senador. Ignora que en Washington tendrá que vérselas con políticos y empresarios sin escrúpulos que le harán perder la fe. Sin embargo, gracias a su secretaria, una joven que conoce muy bien los entresijos de la política, protagoniza en el Senado una espectacular y maratoniana intervención en la que, además de defender ... [+]
19 de marzo de 2023
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para normalizar la corrupción.
Para normalizar la manipulación mediática.
Para que creas que puedes pensar y hablar libremente.
Para que confíes en que siempre te quedará algún representante que te represente.
Para que se use a los niños como anzuelo político.
Para que el infantilismo se adueñe de tu mente.
Para que te rindas ante los iconos del oficialismo (el Capitolio o la estatua de Lincoln).
Para que creas que el sistema tiene agujeros que permiten que triunfe el bien.
Para que aplaudas con las orejas la historia patriótica de tu país.
Para que te arrodilles ante la Constitución y lagrimees.

Panegírico, por momentos, insufrible, sobre el sistema político americano. Ondea la bandera americana y suena su himno salvador. Mr. Smith eleva la barbilla y queda engolado frente a sus totems.
Mr. Smith, el personaje echa pa´trás, aunque sea el bueno de James, está demasiado atontado como para que le cojas cariño. Y si este personaje te repele, la película no se puede salvar. A muchos sí les gusta, en ese caso no puedo hacer nada.
¡Qué aburrido el mundo de la política! ¡Y más si es tan predecible! ¡Cuánto revuelo por un senador! ¡Creería la gente que un solo tipo nos puede salvar!
Te tendrás que tragar un puñado de minutos en los que te explicarán el funcionamiento de las Cortes americanas.
Por tanto, el filme reúne historia y drama, documental y Derecho. Si te interesa el funcionamiento y usos de las Cortes estadounidenses, esta es tu película.
Las escenas de ira de Mr. Smith; Mr. Smith tratando de hacer su Ley; Clarisse y su supuesta claudicación junto a su amigo periodista; el papel buenista del moderador del Senado; el uso facilón del despeinado de Mr. Smith; todo el torbellino de movimiento juvenil en los momentos clímax de la película... demasiados lastres o palos en las ruedas de la cinta.

¡Ver lo positivo!: El sistema tiene fallas, está llena de gente interesada, pero hay individuos que pueden conseguir que triunfe el bien. El ideal, un ser ingenuo que ha leído a Jefferson y a nosequién más, sentimental y bonachón, que no sabe dónde se mete pero al que el amor de una mujer puede llevarle a acometer la heroicidad. El acto de enfrentarse contra todo y contra todos. La inocencia frente a la turbiedad y la complejidad. El tintineo de la voz de Jean Arthur.

Entiendo a los que se quedan con el positivismo pretencioso de esta producción, y que confían en las bondades ocultas de este sistema político (el del país más rico del mundo, en ese momento, no lo olviden). Entiendo a los que el infantilismo subyacente no les encoje el disfrute, todo lo contrario, los espolea a la ilusión más esperanzadora. Entiendo a quienes emociona este cine de los 30, tan optimista a veces, tan humanizante a veces, tan sencillo y moralista a veces, a mí también me gusta a veces. Un 4 de regular, y con el temor de estar siendo generoso.
Tombol
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