Buff como que no.
Crimen, teatro y gran guiñol.
Uno hace lo que puede y, como espectador, se predispone a dejarse llevar por la propuesta, si hay que entrar en el juego se entra, al fin y al cabo, hemos venido a jugar.
! Y una mierda!. Eso lo dicen todos los concursantes de la tele cuando pierden una millonada y se tienen que ir con un palmo de narices a casa. Y así me he sentido yo después de verla. Con la sensación de que he perdido mi tiempo sin haberme comido una rosca.
Seamos sinceros, hombre. ¿ De verdad algún espectador es capaz de comprar este insufrible retruécano infantil, del ahora juego yo, ahora juegas tú, no me hagas trampas, anda, que si no te las hago yo?.
Esto es " La huella" a lo caricaturesco. No podía ser de otra manera. Vamos a sorprender al espectador y vamos a darle giros y revueltas hasta rozar el esperpento.
Pero las sorpresas hay que trabajarlas, madurarlas, conducirlas y guisarlas a fuego lento para que al espectador le pille desprevenido cuando está mirando hacia otro lado.
En cambio, si después de la primera media hora del film ( lo único decente de la película), los espectadores ya conocemos la mecánica del juego y ya estamos esperando que se produzcan las sorpresas, ¿ dónde queda la intriga?..
No hay nada menos sorprendente que saber que van a tratar de sorprenderte. Bruce Willis está muerto. Gocen ahora, si pueden.
Con respecto a las actuaciones, bueno, Michael Caine y Christopher Reeve estupendos. Nada que objetar.
Dyan Cannon... ¿ qué clase de personaje han pretendido meter aquí?. ¿ Pretendían hacerlo humorístico?. Pues resulta irritante. Y luego la vidente ya ni te cuento...
Yo me he aburrido. Este juego es, para mí, una trampa mortal.
El casoplón del molino sí lo compro sí. ! Qué gozada!