El ballet es un arte que la mayoría de las personas rara vez tenemos ocasión de disfrutar. Los habitantes de grandes ciudades quizá sean más afortunados y tengan más oportunidades pero, aún y todo, pocos han recibido una educación musical y artística que les haga apreciar este arte.
Pero eso no quiere decir que, aún en nuestra ignorancia, no tengamos la capacidad de dejarnos subyugar por la excelente música, los preciosos bailes y las magníficas ambientaciones.
El cine rara vez se ha atrevido a adaptar este tema, como no sea como excusa para hablarnos de otras cosas,( me viene a la cabeza el film "Cisne negro" que de ballet tenía poco o nada. De hecho, ahora mismo sólo recuerdo la excelente "Las zapatillas rojas", una película soberbia que nos ilustra bien sobre este tema.
Pues bien, aquí tenemos otra cinta de ballet, que adapta un cuento de Hoffmann, con la maravillosa música de Tchaikovsky interpretada por la London Symphony Orchestra y los increíbles bailes ejecutados por Pacific Northwest Ballet.
Una manera de acercarnos este arte al resto de los mortales y, que nos va a proporcionar hora y media de placer.
Nuestra vista y nuestros oídos van a gozar con este espectáculo, aún cuando seamos ignorantes.Deberíamos tener más acceso a estas cosas de vez en cuando.