En American Gangster se nota el signo de la veteranía, tanto en el director como en los actores. Hace gala de una solvencia increíble, producto de quien ha mamado y creado cine durante muchos años. Ese tipo se llama Ridley Scott, quien con American Gangster recupera el fuelle perdido en anteriores producciones. Pero, aunque American Gangster es una buena película, no es genial, como cabría esperar, dado los recursos y el material manejado.
El problema, desde luego, no está en los actores. Russell Crowe, fetiche de Ridley Scott, vuelve a estar a la altura y da buenas muestras de su capacidad camaleónica. Denzel Washington vuelve a demostrar que cuando hace de bueno, es bueno, pero cuando hace de malo, es mejor. Y el resto de secundarios, lo mismo. Tampoco hay problemas con la dirección. Ridley Scott sabe darle fuerza y pulso firme a la narración y maneja todos los recursos dramáticos a la perfección.
Sin embargo, creo que hay dos factores que impiden que American Gangster no esté en el podio de los grandes del cine. El primero y más importante: no aporta nada, o casi nada, al género de mafiosos. Presenta un villano carismático, un policía entregado y demás arquetipos, pero no terminan de presentar algo que los haga recordables, al igual que le ocurre a la trama, bastante previsible en algunos momentos y con un desarrollo firme y sólido, pero con poca capacidad de sorpresa. Y ello a pesar del segundo factor: su exceso de metraje. Siempre da la impresión de que una película de dos horas y media o tres parece mejor, más trabajada, pero no es sí; en el caso de American Gangster, no le hubiera venido mal un recorte de al menos veinte minutos. Creo que lo que cuenta se puede contar en menos tiempo, y así ganaría en intensidad.
American Gangster es una buena película, donde disfrutaremos con una gran dirección y unos grandísimos actores. Lástima que la historia ya nos la hayan contado antes, y por muy buen que la vuelva a contar Ridley Scott, nos queda la sensación de que podría haber sido mejor con un poco menos de metraje y con un poco más de profundización en los personajes.