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Voto de juanantlopez:
5
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5
5.3
11,850
Drama. Romance
Verano de 2008. Se inspira en el film 'En la cama', del chileno Matías Bize. En un hotel del centro de Roma se conocen una rusa y una española. Al día siguiente, Alba volverá a España y Natasha a Rusia. En la habitación del hotel se respira una atmósfera cargada de erotismo y sensualidad. Entre ellas nace un sentimiento nuevo que ambas aceptan. Durante doce horas, las dos mujeres se confían sus vidas, hablan de sus compromisos y del ... [+]
2 de mayo de 2011
2 de mayo de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya sabemos que el cine de Medem no suele dejar indiferente a nadie. O lo amas o lo odias. Entonces, ¿por qué un cinco? Sencillo: aunque parezca tener muchos ingredientes (bueno, en realidad dos) para atraerte, Habitación en Roma me resultó mucho menos estimulante de lo que esperaba.
En primer lugar, no puedo dejar de alabar el trabajo de Elena Anaya y Natasha Yarovenko. No sólo porque el 90% de la película lo rueden desnudas (que también debe ser duro), sino porque tienen que enfrentarse a momentos de toda índole: dramáticos, divertidos, eróticos, bochornosos, etc. Y lo hacen con muchísima naturalidad y con mucha entrega. Pero el guion no siempre está a su altura y las hace enfrentarse a escenas completamente olvidables.
Es curioso lo que ocurre con esta historia de Medem. El principio es bastante convencional, incluso varios momentos son tediosos, pero conforme se va a acercando al final va ganando enteros, conseguimos meternos mejor en la piel de estas dos mujeres. Pero Medem alarga innecesariamente la conclusión de la película, se adorna demasiado y termina por lastrar el resultado final. Tal vez con quince minutos menos, Habitación en Roma hubiera funcionado un poco mejor.
Para bien o para mal, esta es una película de Medem. No faltan sus pasajes de estética onírica, su especial tratamiento de la música y sus delirios de grandeza. En general, diría que Medem, en algunos momentos, cree que maneja un material mejor de lo que en verdad es, y se quiere adornar tanto que resulta pedante y cargante. Afortunadamente, no es toda la película, pero cuando eso ocurre, la película cae en picado. No le habría venido mal un poco de contención, siendo la película que es.
A su favor, algunos diálogos y, para mí, el tramo final, donde sí que consigue tocarnos el corazón. Pero entiendo que no todos lleguen hasta ahí, o que lo hagan alentados por el morbo de la relación sexual de las protagonistas.
Parecerá una tontería, pero para definir a Habitación en Roma, habría que decir una obviedad: es una película de Medem. Un nuevo gozo para sus fieles, un nueva oportunidad para sus detractores.
En primer lugar, no puedo dejar de alabar el trabajo de Elena Anaya y Natasha Yarovenko. No sólo porque el 90% de la película lo rueden desnudas (que también debe ser duro), sino porque tienen que enfrentarse a momentos de toda índole: dramáticos, divertidos, eróticos, bochornosos, etc. Y lo hacen con muchísima naturalidad y con mucha entrega. Pero el guion no siempre está a su altura y las hace enfrentarse a escenas completamente olvidables.
Es curioso lo que ocurre con esta historia de Medem. El principio es bastante convencional, incluso varios momentos son tediosos, pero conforme se va a acercando al final va ganando enteros, conseguimos meternos mejor en la piel de estas dos mujeres. Pero Medem alarga innecesariamente la conclusión de la película, se adorna demasiado y termina por lastrar el resultado final. Tal vez con quince minutos menos, Habitación en Roma hubiera funcionado un poco mejor.
Para bien o para mal, esta es una película de Medem. No faltan sus pasajes de estética onírica, su especial tratamiento de la música y sus delirios de grandeza. En general, diría que Medem, en algunos momentos, cree que maneja un material mejor de lo que en verdad es, y se quiere adornar tanto que resulta pedante y cargante. Afortunadamente, no es toda la película, pero cuando eso ocurre, la película cae en picado. No le habría venido mal un poco de contención, siendo la película que es.
A su favor, algunos diálogos y, para mí, el tramo final, donde sí que consigue tocarnos el corazón. Pero entiendo que no todos lleguen hasta ahí, o que lo hagan alentados por el morbo de la relación sexual de las protagonistas.
Parecerá una tontería, pero para definir a Habitación en Roma, habría que decir una obviedad: es una película de Medem. Un nuevo gozo para sus fieles, un nueva oportunidad para sus detractores.