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Voto de juanantlopez:
10

Voto de juanantlopez:
10
7.2
114,746
21 de febrero de 2008
21 de febrero de 2008
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de algunas frivolidades en forma de comedia más o menos sarcástica (Ladykillers, Crueldad intolerable), los Coen vuelven a ofrecer toda una lección de cine. En su línea más negra, los Coen firman un thriller violento, sin concesiones, envuelto por un aura de aridez, de desolación, de muerte. Con una dirección solidísima, unos personajes apabullantes, una ambientación que abruma por su hiperrealismo y, en definitiva, su perfecta captación del universo MacCarthy, No es país para viejos se presenta como firme candidata a clásico moderno.
Entiendo que haya gente a la que no guste, porque igual que tiene multitud de elementos para enganchar al espectador, también los tiene para descolocarlo. No quiero desvelar nada aquí, pero lo que hace aún más buena a No es país para viejos es su incierto trascendentalismo (no encuentro otra manera de decirlo), su ambigua posición ética (si es que la hay), en definitiva, la polivalente reflexión que podemos extraer de ella. Una incertidumbre más que satisfactoria, a decir verdad. Porque si algo es verdad de No es país para viejos, es que ofrece mucho más de lo que parece ofrecer. Le suele pasar a las grandes películas.
Y, por último, una obviedad: Oscar para Javier Bardem ya. Pocos personajes secundarios han tenido tanta fuerza como este Anton Chigurh, que hiela la sangre con sólo verlo caminar. Soberbio e implacable Bardem, que ha creado un personaje difícil de olvidar.
No es país para viejos, la nueva obra maestra de los hermanos Coen. Los que disfrutaron con Fargo o Muerte entre las flores, aquí tienen un nuevo motivo para creer en el dios Cine.
Entiendo que haya gente a la que no guste, porque igual que tiene multitud de elementos para enganchar al espectador, también los tiene para descolocarlo. No quiero desvelar nada aquí, pero lo que hace aún más buena a No es país para viejos es su incierto trascendentalismo (no encuentro otra manera de decirlo), su ambigua posición ética (si es que la hay), en definitiva, la polivalente reflexión que podemos extraer de ella. Una incertidumbre más que satisfactoria, a decir verdad. Porque si algo es verdad de No es país para viejos, es que ofrece mucho más de lo que parece ofrecer. Le suele pasar a las grandes películas.
Y, por último, una obviedad: Oscar para Javier Bardem ya. Pocos personajes secundarios han tenido tanta fuerza como este Anton Chigurh, que hiela la sangre con sólo verlo caminar. Soberbio e implacable Bardem, que ha creado un personaje difícil de olvidar.
No es país para viejos, la nueva obra maestra de los hermanos Coen. Los que disfrutaron con Fargo o Muerte entre las flores, aquí tienen un nuevo motivo para creer en el dios Cine.