Con este peculiar título se puede pensar que lo que uno va a visionar es la típica película en el que las parejas se enamoran y luchan para que ese amor dure toda la vida pero en realidad esta película va mucho más allá. Es cierto, sí hay amor aunque también sentimientos que hacen vivir a los protagonistas a lo largo de sus cortas vidas diferentes situaciones en las que aunque a veces da la sensación de primar el egoísmo o la envidia al final tiene un trasfondo emocional pues estos jóvenes serán los salvadores (sin matices eclesiásticos) Si indagamos o buscamos en internet información de donantes de órganos en personas vivas nos dice lo siguiente: Una persona viva puede donar sangre, médula ósea y otros órganos que tenga en pares y que al retirarlos no pongan en riesgo su vida. Con lo cual sabemos que la película dirigida con maestría aunque con ciertos altibajos por Mark Ramonek y que se trata de una adaptación de una novela de ciencia ficción de Kazuo Ishiguro no es real afortunadamente aunque lo parezca.
¿Hasta dónde llega el corazón humano? ¿Seríamos nosotros capaces de jugar con nuestra vida para que se salven otros? Estos jóvenes sí ya que han sido educados en el colegio para ello; es como diríamos una situación idílica de "Un mundo feliz".