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Voto de david panadero moya:
9
Drama El matrimonio formado por Johan, profesor de psicología, y Marianne, abogada, recibe una noche en su casa la visita de sus amigos Peter y Katerina. Al poco tiempo, los invitados empiezan una fuerte discusión en la que los anfitriones intentan mediar sin éxito alguno. Cuando se quedan solos, Johan y Marianne empiezan a hablar de su matrimonio y de sus problemas. (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Existe la perfección dentro de las relaciones humanas?. Francamente resulta algo imposible, ya que los objetos pueden llegar a ser perfectos, porque se modelan y no tienen ningún tipo de sentimiento, sin embargo las relaciones no pueden ser perfectas por el mero hecho de que cada uno de nosotros somos distintos, nuestros sentimientos son distintos y las circunstancias en las que nos desenvolvemos cambian. Algo que se puede apreciar muy bien en las extendida y aceptada de las relaciones de pareja, el matrimonio. Así Johann y Marianne habían vivido diez años juntos, no tenían problemas de convivencia, tenían dos hijas, unos trabajos de categoría ( profesor de ciencias y abogada) y una vida plena y satisfactoria, en resumen su matrimonio podía parecer un matrimonio ejemplar. Sin embargo eso no podía ser nada más que un espejismo, una ilusión que se va viniendo abajo conforme descubrimos cómo son en realidad los dos cónyujes y lo que intentan, sobre todo él, para librarse de los convencionalismos y ataduras de ese supuestamente perfecto matrimonio que los coartaba, pero que por otro lado hacía que no pudieran vivir en el fondo el uno sin el otro, pues a persar de sus defectos, sus hipocresías, sus comportamientos tan distintos (sofocados por la consideración mutua) y sus momentos de frialdad, tensión, seducción, pasión e incluso odio, siempre les queda su profundo y recíproco amor, fruto de la convivencia, la comprensión y la amistad que los ha unido desde que se conocieron.
Se pueden decir mucha cosas sobre esta gran película, pero sin duda destacan como eje vertebrador de todo el conjunto, además de la iestupenda dirección de Ingmar Bergman, las magistrales interpretaciones de Liv Ullmann y Erland Josephson como Johann y Marianne. Ella representa a la mujer moderna, independiente, trabajadora, segura de sí misma en muchos aspectos y que está profundamente apegada a la vida que lleva y al hombre al que quiere. Él como el hombre contadictorio, algo inseguro y sobre todo muy complejo. También la fotografía y unos excelentes primeros planos (que te llevan a mirar a los ojos a los protagonistas y a identificarte con ellos) realzan esta historia de amor real, que demuestra que el afecto sincero y verdadero es el que se siente por una persona de forma incondicional y el que soporta el paso del tiempo y los cambios.
david panadero moya
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