En mi opinión, sea cual fuere la idea central de la película, el contenido musical adquiere carta de naturaleza en la mayoría de ocasiones relativizando el guión, que incluso pasa a un segundo plano.
Es muy sugerente que Mark Rulfalo trace unos arreglos musicales de modo impecable haciendo tocar los intsrumentos sobre la canción desnuda que canta la joven y guapísima Keira Kinghtley al comienzo de la peli. Esos instantes son un puntazo y para mí de lo más conseguido del film.
Bueno, lo demás, por previsible no deja de ser interesante, - el amor y sus tensiones- si como en mi caso - músico vocacional - te deleitas una y otra vez con los temas que de modo secuencial van apareciendo en el film.
Me gusta el final, que por supuesto no cuento, y la pareja principal se comportan de modo notable. Entretenida y sugerente.