Completada la tercera temporada -y cancelada la serie de aquí en más-, quisiera resaltar que a diferencia de opiniones leídas y recibidas, diciendo que una vez descubierta la conspiración de la primera temporada, el resto pierde atractivo, no comparto la opinión. En principio, presentar la remotísima hipótesis de que a consecuencia de un acto terrorista quede al frente del gobierno de USA un "Designated Survivor" -sobreviviente designado por el presidente en ejercicio y que deberá encontrarse en la Casa Blanca (o fuera del ámbito de reunión) en ciertas ocasiones en que toda la línea sucesoria constitucional esté en un lugar común (en este caso, el Capitolio)-, la idea es tan insólita como veraz. Nunca ha ocurrido; así como tampoco que sea justamente el designado (Kiefer Sutherland) un miembro ajeno al Congreso -arquitecto, secretario de vivienda en situación de renuncia- quien no pertenece a ninguno de los partidos históricos; los cuales -después del independiente George Washington-, se han alternado siempre en el gobierno. Y ello, abre un abanico de posibilidades de abordaje de la multiplicidad de situaciones a enfrentar desde una óptica no convencional, motorizada por la personalidad del nuevo presidente -un cincuentón increíblemente "idealista y principista"- que debe completar el mandato y cuyas posturas ofician de disparador de incesantes cuestionamientos a los tradicionales métodos de acción "del sistema bipartidista". Anquilosado bipartidismo que tiene diferencias ideológicas entre sí, pero que también tiene "formas de convivencia aceptadas y aceitadas" mutuamente con altísima resistencia a ser subvertidas.
Siendo éste el meollo de la cuestión de principio a fin, no considero necesario extenderme más en los hechos y personajes intervinientes, ya que a mi criterio el valor singular de esta serie está justamente en eso: la presentación de una alternativa "ahistórica" que deja lugar a numerosas disputas, reflexiones, decisiones y elaboraciones político-filosóficas que siempre mantienen un adecuado nivel de lenguaje. Y que son, como mínimo, muy interesantes.
¿Hay debilidades? Por momentos sí; aunque no conspiran para que el resultado final permita decir que es una serie recomendable. No será la incomparable "The West Wing", ni la inefable "House of Cards", pero es una buena discípula.