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Ciencia ficción. Aventuras. Bélico. Acción. Fantástico. Romance
Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres ... [+]
19 de diciembre de 2009
19 de diciembre de 2009
43 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero, es necesario interpretar la vida como un hecho fortuito y desconocido. Ahora, el ser humano —su “¡Máxima Expresión!”— a través de su afanosa vida existencial, la ha orientado muchas veces a complicadas combinaciones preceptúales, y la “energía del cosmos” —magistral y bellamente metaforizada en el film— la ha dotado de capacidad de reproducirse, originando lo que podríamos denominar como los potenciales vitales —manifestaciones biológicas— que nos rigen.
Sin embargo, no debemos olvidar que el mundo en el que vivimos, no es lo que parece exteriormente. Entonces, bien vale formular la siguiente pregunta. ¿Por qué, y lo reitero con énfasis, nuestra facultad perceptiva y cerebro —información sináptica— actual no tienen posibilidades de ir más allá, y vemos las cosas de acuerdo al desarrollo sensorial y la capacidad intelectual alcanzada en cada uno de nosotros?
Entonces, la idea madre de “Avatar” es que el primer enemigo a vencer uno como hombre, es uno mismo. Que en ese diálogo interior —sobre esta vida y la otra—, en esa búsqueda del Nirvana —palabra sánscrita, utilizada en oriente para referirse al momento de extinción de los deseos materiales—, sólo uno (usted, por supuesto) es absolutamente capaz de encontrarla —metaforizada en “Tsahik”— y también, al mismo tiempo, derrotar los prejuicios, simbolizados en el film en batallas y luchas cuerpo a cuerpo.
Ahora, James Cameron lo condiciona con su estilo sublime y magistral, que si no forma parte del imaginario colectivo, ¿de qué otra forma podemos señalar visualmente los recovecos del alma? ¿Cómo debe ser ese viaje interior —o información sináptica entre las neuronas—, excelentemente simbolizada en la película a través de “El árbol de las voces” o “Las semillas del árbol sagrado”? ¿Cómo hablar con uno mismo (“Tsahik”)?
Reiterando la idea que “las diferentes realidades son distintos modelos del mundo”, el conocer directamente o a través de percepciones sólo las apariencias que nos rodea, Neytiri (Zoe Saldana), la novia de Tony en “ese otro mundo”, es la visualización magistral y metaforizada de que la realidad está creada por el hecho de observar y crea la conciencia. Si no hay sabiduría de que algo existe, simplemente queda relegado a otra posibilidad.
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)
Sin embargo, no debemos olvidar que el mundo en el que vivimos, no es lo que parece exteriormente. Entonces, bien vale formular la siguiente pregunta. ¿Por qué, y lo reitero con énfasis, nuestra facultad perceptiva y cerebro —información sináptica— actual no tienen posibilidades de ir más allá, y vemos las cosas de acuerdo al desarrollo sensorial y la capacidad intelectual alcanzada en cada uno de nosotros?
Entonces, la idea madre de “Avatar” es que el primer enemigo a vencer uno como hombre, es uno mismo. Que en ese diálogo interior —sobre esta vida y la otra—, en esa búsqueda del Nirvana —palabra sánscrita, utilizada en oriente para referirse al momento de extinción de los deseos materiales—, sólo uno (usted, por supuesto) es absolutamente capaz de encontrarla —metaforizada en “Tsahik”— y también, al mismo tiempo, derrotar los prejuicios, simbolizados en el film en batallas y luchas cuerpo a cuerpo.
Ahora, James Cameron lo condiciona con su estilo sublime y magistral, que si no forma parte del imaginario colectivo, ¿de qué otra forma podemos señalar visualmente los recovecos del alma? ¿Cómo debe ser ese viaje interior —o información sináptica entre las neuronas—, excelentemente simbolizada en la película a través de “El árbol de las voces” o “Las semillas del árbol sagrado”? ¿Cómo hablar con uno mismo (“Tsahik”)?
Reiterando la idea que “las diferentes realidades son distintos modelos del mundo”, el conocer directamente o a través de percepciones sólo las apariencias que nos rodea, Neytiri (Zoe Saldana), la novia de Tony en “ese otro mundo”, es la visualización magistral y metaforizada de que la realidad está creada por el hecho de observar y crea la conciencia. Si no hay sabiduría de que algo existe, simplemente queda relegado a otra posibilidad.
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)