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Voto de Javi McClane:
6
Comedia Cuando tres mejores amigos venden su empresa a un milenial, se encuentran desubicados y desfasados mientras luchan por navegar en un mundo cultural cambiante. (FILMAFFINITY)
20 de octubre de 2023
29 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bill Burr es un cómico estadunidense popular por su incorrección política, además de por aparecer en series como Breaking Bad o The Mandalorian. Old Dads, Papás a la antigua en España, supone su debut como director en el mundo del cine, siendo un estreno directo en Netflix, uno que ha sido masacrado sin piedad por la crítica especializada. Y una vez vista, no me extraña, porque esta comedia representa todo lo que repudian los críticos de hoy en día, esos que aplauden productos mediocres por el simple hecho de seguir las corrientes actuales, e independientemente de su calidad.

Aquí asistimos a una radiografía de la masculinidad tóxica sin casarse con nadie, dejando claro que el cambio es necesario, pero también lanzando daros a los tiempos que corren, unos en los que no puedes expresar una sincera opinión sin que intenten cancelarte a los dos segundos. Y más o menos de eso va la película, con un Burr que ha sido valiente y se la ha jugado con una película que sólo valorarán los que echábamos de menos un producto de estas características, es decir, abiertamente incorrecto, aunque a veces reniegue de sí mismo.

Y es que no deja de ser curioso que la película flojee justo cuando se pone moralista y quiere lanzar mensajes sobre la paternidad y la familia a la audiencia, traicionando su mensaje inicial, al seguir una aburrida fórmula que suena a ya visto. Al principio es muy gamberra, pero luego quiere presentar una evolución de personajes tan necesaria como obvia, cayendo en el gran mal de las comedias canallas, que no es otra cosa que ser traviesa la mayor parte del metraje, para luego dar un volantazo intentando inculcar a la audiencia que lo que has visto hasta el momento está mal.

Bueno, Burr no cae del todo en ese error, ya que hay un par de trazos finales que nos confirma que hay cosas que nunca cambian y que no deben cambiar, cosa que se agradece, porque ya aburre que se intente aleccionar constantemente al espectador, cuando no dejamos de estar ante una obra de ficción a la que nos hemos apuntado para divertirnos, cosa que se consigue en no pocos momentos, con una serie de diálogos tan hilarantes como de trazo grueso, y que sólo se podrían calificar de humor negro. Pero ojo, porque detrás de algunos chistes, hay una reflexión sobre la hipocresía de unas generaciones que se piensan que van a salvar el mundo, pero que luego son precisamente ellos mismos los que lo están destruyendo.

Lo dicho, que Burr no le rinde cuentas a nadie, presentando una comedia sobre hombres neandertales, también conocidos como boomers (ahorrándome el otro calificativo), que en la vida real nos caerían muy mal, pero que en la ficción nos podemos permitir el lujo de disfrutar de sus locas aventuras, que para eso está el cine, para que el público también pueda ser partícipe de sus travesuras. Habrá quien se escandalice ante sus protagonistas, pero sólo tienes que bajar al bar de la esquina para ver que están ahí y existen, estando en peligro de extinción. No digo que haya que protegerlos, pero mira, siempre será gracioso ver como intentan adaptarse a los tiempos que corren, y es ahí donde acierta el bueno de Bill.

Y hablando del mismo, también es el protagonista de la función, con una actuación correcta en la que se nota que explota su faceta de monologuista. Bokeem Woodine está correcto, aunque muy por detrás del resto de sus compañeros, al recibir el personaje menos inspirado, y entre los secundarios tenemos a un efectivo Miles Robbins, hijo de Tim, y que lleva ya unos años confirmándonos que no es otro caso de hijo sin talento al que enchufan para estupor de las audiencias (hola, hijo de Denzel Washington).

Pero quien se lleva la palma es un siempre fabuloso Bobby Cannavale pasándoselo en grande, y volviendo a confirmar la gran vis cómica que tiene. Es un actor que te funciona en cualquier género y registro, pero creo que las comedias se le dan demasiado bien como para que no le estén ofreciendo más, y esta es otra prueba. El mejor, con diferencia, al saborear su personaje sin ruborizarse en el proceso.

En conclusión, no estamos ante la mejor comedia del año, y es posible que la olvidemos en unos días, pero no es el desastre que ha sentenciado la crítica profesional, una que debería sacarse el palo del recto, apreciando un producto con sabor añejo que ya se echaba de menos, y que al menos no le rinde cuentas a nadie, consciente de que el humor está en vías de extinción, porque hoy en día, digas lo que digas, vas a ofender. Pues ofendamos a cuantos más mejor, y si ese era el objetivo de esta película, misión cumplida. Un hurra por estos polla viejas. Vaya, al final lo he dicho…

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Javi McClane
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