Los creadores de "La era de hielo" (Chris Wedge & Carlos Saldanha) no logran repetir su hazaña en la creación de personajes inolvidables porque mientras los animalitos de la entrañable era congelada eran originales, divertidos, ocurrentes y tenían carisma, los de "El reino secreto" parecen salidos de Villa Topicazo, el loco al que nadie cree pero tiene razón, la incrédula que creerá a la fuerza, el rebelde, el guardián fiel -parece el McGregor de "Jack el cazagigantes" (Bryan Singer, 2013)-, y los malos tipiquísimos; encima al servicio de un argumento aún más tópico. Pese al convencionalismo de la historia: salvemos al reino de los malos, que recuerda un tanto a "Arthur y los miniboys" (Luc Besson, 2006), está bien presentada. Algunos planos son realmente bellos como ese de la reina caminando por el agua, por cierto, la reina es afrodescendiente porque la voz es de Beyoncé. La animación es realmente sensacional, el detalle no está sólo en lo técnico sino también en los movimientos naturales, la protagonista pone sus manos en los bolsillos, por ejemplo, aunque no estén en primer plano. La animación cada vez cuida más el detalle, que a simple vista parecen insignificantes pero que hacen a la presentación del conjunto.

No está a la altura de las mejores animaciones pero es preferible a muchas aventuras de carne y hueso que no logran ni la mitad de adrenalina, ni la cuarta parte de la magia que consigue esta historia.

Está muy logrado el juego de colores, el verde como símbolo de vida y de los buenos y el gris como muerte, destrucción y por contraposición como el color que representa a los malos. El color no sólo está utilizado para caracterizar a los personajes sino que además los decorados tienden a estos colores logrando por momentos una fotografía animada muy elogiable.

La música de Elfman es bellísima y te hace palpitar la aventura. Film para ver en 3D.

Lo mejor: algunos planos en el reino realmente bellos.
Lo peor: no cuenta nada nuevo, lo de salvarnos de los malos ya es cuento conocido y aquí no se innova mucho.