Del interés de una tercera entrega que finalizara la saga tan solo se puede entender novela mediante. Dicho esto, el (de nuevo) estremecedor reparto y unas ideas muy claras por parte de Coppola hacen de la cinta una buena y ligera entrega (en la que el espectador en absoluto nota sus más de dos horas y media).
A los ya conocidos se une un Andy García que realiza uno de los papeles que lo han encasillado, un Eli Wallach en su plenitud (que llegó más bien tarde) y una Sofía Coppola que (aunque absorbe demasiado protagonismo) realiza su papel maravillosamente bien.

En resumen, interesante secuela de una saga que tocaba a su fin. Y uno de los buenos films de Coppola, que no de los grandes.