Debo confesar que al comienzo del filme me desconecté por unos momentos, debido a los primeros planos que se mueven muy rápido y llegan a marear, la falta de contexto en las primeras escenas y la extensa duración; sin embargo, luego de unos minutos la historia cobra sentido gracias a la sublime actuación de la protagonista, encarnada por la cantante Björk, los gestos y las miradas de los personajes que la acompañan, los cuales transmiten una compasión real hacia la triste historia de esta mujer, que a lo largo del filme va perdiendo su visión; las acciones de solidaridad que evocan en el espectador lástima y la pasión hacia la música que logra retratar un mejor escenario del que se está desarrollando.
La historia te estremece, y te deja un sin sabor donde te cuestionas hasta donde llega la moral de las personas por el dinero, si una necesidad vale más que la vida, o si la vida vale menos que la justicia.
Personalmente no adoro los musicales, sin embargo el director, Lars von Trier, junto con la cantante Björk, logran un majestuoso complemento entre la parte visual y la banda sonora, que transmite al espectador que la situación más dolorosa, melancólica y nostálgica; puede ser alegre con música.