Mickey Rourke es "The Wrestler", Randy 'The Ram' Robinson un ídolo de los años 80 de la lucha libre, un ídolo venido a menos y que 20 años después, lucha por mantenerse en los cuadriláteros de segunda fila. 'The Ram' es el héroe olvidado, un icono que dejó todo de lado por seguir siendo un ídolo aclamado por su público, pero ahora su carrera llega a su fin. Es típico, sí. Lo que no es tan común es encontrarte con un icono de los años 80 como Mickey Rourke interpretando de forma tan convincente a un personaje tan desgarrado.

Posiblemente porque Mickey Rourke es la encarnación de 'El Carnicero', este film resulta tan convincente. Los paralelismos entre actor y personaje de ficción son obvios, y Rourke le otorga a su personaje matices propios muy fáciles de identificar. Ahora me viene a la cabeza la interpretación de Jean-Claude Van Damme en "JCVD" en la que el actor belga se interpretaba a sí mismo y hacía una reflexión sobre la caída del cielo a los infiernos del icono Van Damme. Son papeles que dan mucho juego y conmueven por sus jodidas caras de amargura. Van Damme se lució, pero el hinchado Mickey Rourke ha alcanzado el cielo en pleno descenso a las calderas.

Puestos a destacar actores no se puede dejar de lado a Marisa Tomei. No sólo está más guapa de lo que nos podíamos imaginar, sino que también hace un grandioso papel como bailarina de streptease y pretendida amante de 'El Carnicero'. Y ya puestos también destacamos a Evan Rachel Wood que hace un corto pero intenso papel como hija abandonada por el icono de la lucha. Que todos tengan grandes actuaciones también nos deja claro que Darren Aronofsky, aparte de ser un gran director, también sabe manejar muy bien a sus actores. Aronofsky ha creado un film sobrio, seco y sin ningún tipo de heroísmo en el que el personaje interpretado por Rourke es el eje de un film poderoso y que no deja un momento a la autocomplacencia, es real y crudo, pero rebosante de humanidad.