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Voto de Versus:
8
Voto de Versus:
8
7.0
57,838
Bélico. Drama
Año 1940, en plena 2ª Guerra Mundial. En las playas de Dunkerque, cientos de miles de soldados de las tropas británicas y francesas se encuentran rodeados por el avance del ejército alemán, que ha invadido Francia. Atrapados en la playa, con el mar cortándoles el paso, las tropas se enfrentan a una situación angustiosa que empeora a medida que el enemigo se acerca. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2019
19 de octubre de 2019
Sé el primero en valorar esta crítica
Esta es la historia de cómo, por fin, he sido capaz de ver una película bélica de principio a créditos. Resulta que los seres humanos transitamos por los espacios con la activación unas memorias determinadas, pensaría Nolan. Preciosa calle en silencio a plena luz del día - ok, bueno. Callejón de barrio descuidado a altas horas de la noche - buff, malo. Playa con suave oleaje y cálida brisa - mmm, paraíso. Borde de acantilado de piedra quebradiza... Etc.
¿Y si contraponemos los sentimientos evocados por ciertos lugares con una trama que, escena tras escena, nos vaya rompiendo los esquemas y ahorramos en pringue? Le damos al espectador desde el inicio los pertinentes apuntes sobre el contexto, sí, pero en la primera toma vamos a colocar a un reducido grupo de militares en una calle de preciosa arquitectura, en la que reine el más puro silencio y una lluvia de panfletos vaya adornando el empedrado. Qué bien, ahí, todo espanzurrado en la butaca con el ASMR, ¿eh? Y de repente les toca a los soldados salir cagando leches cuando se empiezan a notar disparos.
¿Y si contraponemos los sentimientos evocados por ciertos lugares con una trama que, escena tras escena, nos vaya rompiendo los esquemas y ahorramos en pringue? Le damos al espectador desde el inicio los pertinentes apuntes sobre el contexto, sí, pero en la primera toma vamos a colocar a un reducido grupo de militares en una calle de preciosa arquitectura, en la que reine el más puro silencio y una lluvia de panfletos vaya adornando el empedrado. Qué bien, ahí, todo espanzurrado en la butaca con el ASMR, ¿eh? Y de repente les toca a los soldados salir cagando leches cuando se empiezan a notar disparos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La opción de refugiarse en una propiedad privada (conocido símbolo de seguridad y confort) no es válida en este caso. Así que el único hombre que queda por derribar tiene que atravesar la urbe, pasando de largo la trinchera defensiva de los franceses, y continuar hasta la playa. Una vez allí, la calma vuelve a flotar en el ambiente. Miles de soldados aguardan pacientemente haciendo cola en varias hileras para ser recogidos por los barcos que llegan desde la otra parte del canal. La orilla es inmensa y el mar está sereno. Los disparos se cortaron al entrar en contacto con la arena. Pero, oh, oh... Un silbido en el aire, cada vez más fuerte y agudo... Luego se presentan los buques casi como si se tratase cruceros, con un ambiente en el interior muy distendido. ¿Y qué sucede a la mitad del recorrido? E4 - tocado y hundido... B7 - tocado y hundido... C5 - Tocado y hundido... Y así.
La opresión de las tropas alemanas va comiendo espacio físico y mental de tal manera, a lo largo del metraje, que finalmente llega a arrinconarnos tanto a los de dentro de la pantalla como a los de fuera. Ahora, sin lugar a dudas, después de tooooooodos los fracasos de rescate, sabemos por nuestra experiencia que la huída por vía marítima es la única opción disponible para poder sobrevivir a una guerra ya perdida. Y de eso va esta película. La sangre se revela como un recurso innecesario y podemos sintonizar sin el uso de trillados arquetipos.
En definitiva, a mí Dunkerque me ha transmitido lo que considero que tenía que transmitirme: la esperanza, la seguridad y la supervivencia versus el asedio, el sufrimiento masivos y la ignominia tras la derrota.
Muy recomendable para los poco amantes del sirope de fresa.
La opresión de las tropas alemanas va comiendo espacio físico y mental de tal manera, a lo largo del metraje, que finalmente llega a arrinconarnos tanto a los de dentro de la pantalla como a los de fuera. Ahora, sin lugar a dudas, después de tooooooodos los fracasos de rescate, sabemos por nuestra experiencia que la huída por vía marítima es la única opción disponible para poder sobrevivir a una guerra ya perdida. Y de eso va esta película. La sangre se revela como un recurso innecesario y podemos sintonizar sin el uso de trillados arquetipos.
En definitiva, a mí Dunkerque me ha transmitido lo que considero que tenía que transmitirme: la esperanza, la seguridad y la supervivencia versus el asedio, el sufrimiento masivos y la ignominia tras la derrota.
Muy recomendable para los poco amantes del sirope de fresa.