Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sant Boi de Llobregat (Barcelona)
Voto de Orlok:
10
Drama. Romance Una inocente joven que vive en un claustrofóbico ambiente en el barrio londinense de Limehouse, es brutalmente maltratada por su padre, un ex boxeador alcohólico. En este sórdido lugar, vive una historia de amor con un noble chino, que, incluso lejos de su tierra, trata de vivir conforme a su filosofía de paz y armonía, pero su idealista visión del mundo choca con la cruda realidad. (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En todas las artes siempre hay un pionero que marca el camino a seguir y asienta unas bases que se utilizarán para la posteridad. El cine es el arte más joven y durante sus inicios se experimentó un rápido crecimiento y aumento de creatividad. En esta ocasión el cineasta D.W. Griffith produjo, dirigió y adaptó el guión basado en la novela The Chink And The Child (1916) de Thomas Burke. El resultado fue una película bastante distinta a sus super producciones más conocidas El nacimiento de una nación y Intolerancia. En Lirios rotos podemos disfrutar de una historia más intima, con pocos personajes y localizaciones. El tratamiento es más minimalísta, la carga dramática estremecedora y el tema que trata, sigue siendo de actualidad.

Se centraron muchos esfuerzos en un diseño de producción y dirección de actores, la fotografía es impecable, el rodaje casi en toda su totalidad fue en decorados interiores y el montaje de la película, soberbio. La gran fuerza narrativa y expresiva de las imágenes cautiva por si sola, la historia es más simple y su duración más accesible. Las actuaciones del triángulo protagonista alcanzaron grandes cotas de expresividad, donde hay que destacar un gran trabajo a quien fue la musa de Griffith, la espectacular actriz Lillian Gish. Su fragilidad y sus expresiones transmiten los sentimientos del personaje. Durante el rodaje de una de las escenas más angustiosas de la película hay varias anécdotas al respecto, pero por lo visto su actuación fue escandalosa entre el equipo de rodaje. El trágico romanticismo que desprende en sus escenas son inolvidables una vez que los ves, conceptos como el de la chica que no puede sonreír, entre otros, son de una intensa carga emotiva.

El actor Richard Barthelmess, interpretando al hombre amarillo, se mete en el papel de Cheng Huan. La ternura que desprende el personaje hacia la hermosa y desamparada Lucy es abrumadora, así como su ideal romántico de llevar a Inglaterra la doctrina de Buda. Todo ello se verá truncado en los barrios bajos por el personaje interpretado por Donald Crisp, padre de Lucy, un boxeador con dependencia al alcohol, el sexo y los malos tratos. La intolerancia, racismo y abuso de poder oscurecen una historia de amor imposible. Los tres actores lograron grandes interpretaciones, en conjunto con la fuerza narrativa de las imágenes. La comprensión y emotividad de la película es superior aún, no solo a otros melodramas actuales, sino, a la gran mayoría de películas.

Lirios rotos es excelente en todos los aspectos, a parte de un trabajado tratamiento en la composición de los encuadres, la utilización de primeros y planos detalle, fue en el montaje en paralelo donde se demuestra la gran capacidad narrativa y constructiva de Griffith. Algo que en la actualidad está asimilado como algo natural, aunque no siempre se utiliza de la manera correcta. Una mención especial para la gran escena en que la protagonista queda atrapada en el armario mientras su pérfido y despreciable padre intenta entrar. Me vino rápido a la cabeza una famosa escena de El Resplandor de Kubrick. En la actualidad hay una edición de la película con los fotogramas entintados, diferenciando distintas localidades y momentos del día, aunque la original es en blanco y negro. El talento y los adelantos que dio el cine en sus inicios son espectaculares y sin duda, Lirios rotos es de visión obligada, si encima disfrutas con los dramas que reflejan una realidad cruda, te tocará la fibra. Es sorprendente como está película con el paso del tiempo no envejece, sigue siendo un reflejo de la actual crudeza social.
Orlok
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow