Muchos dibujos han pasado por mi retina desde que tengo uso de razón. No sólo en mi infancia sino ahora que estoy ya cerca de los treinta, y aún los veo también. Pero ninguna serie animada ha calado tanto en mi corazón como lo hizo y lo sigue haciendo HEIDI, la niña de los Alpes. ¿Quién no ha llorado alguna vez con algún capítulo de Heidi? Si existe en este mundo algun dibujo animado que nos haya conmovido tanto como un ser humano de verdad , ese es sin duda alguna éste. Aquella chiquilla de mejillas coloradas que nos hacía viajar a un mundo idílico, lleno de amor y sentimiento sin fin, un mundo casi UTOPICO, un mundo que por desgracia en la realidad cotidiana NO EXISTE, pues nos sigue emocionando todavía a pesar de las décadas que ya han pasado. Su BSO es ya toda una leyenda en la historia del mundo infantil, y contiene capítulos que incluso fueron noticia de los telediarios en su día de estreno, como el número 51: "CLARA YA PUEDE ANDAR". Valores positivos de la ética como son la amistad, el amor, el respeto a nuestros semejantes y el cariño a la naturaleza y fauna, son solo algunos de los que nos enseña esta chiquilla, ya convertida en todo un mito de los dibujos, del cine, de la literatura y de la cultura popular. TODA UNA DELICIA FAMILIAR. Por eso allá va un merecidísimo DIEZ.