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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama El filme nos narra la historia de Madame Beudet, una mujer moderna afrancesada a la que le encanta tocar el piano obras de compositores melenudos, leer novelas y modernas revistas; está casada con un empresario textil muy ordinario y rudo que además aburre a su esposa al tener diferentes intereses culturales a los de ella, como ir al teatro a ver Fausto. (FILMAFFINITY)
15 de febrero de 2024
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El enamoramiento es probablemente la trampa más efectiva que nos ofrece la vida. Un día cualquiera, dos personas se encuentran, y por el aspecto físico, la manera de actuar, la forma de hablar (o todo esto junto), se sienten atraídas. Cada persona comienza a necesitar de la otra… o la que primero se siente atraída, comienza a frecuentar a la otra hasta persuadirla de que él (ella) es su tipo. En cada encuentro, cada miembro de la pareja aflora lo mejor de su personalidad: procura estar de buen humor, es divertido, generoso y complaciente… y si comienza a haber cama de por medio, esas primeras ocasiones son intensas, amorosas y apasionadas. Entonces, brota esa trampa del enamoramiento que nos obnubila haciéndonos sentir que la persona que tenemos al lado es adorable y que ya no podemos vivir sin ella.

La palabra, enamoramiento, es bastante precisa y bien podría fragmentarse en: en-Amor-a-Miento, algo así como, “al enamorar miento”, y es así porque, durante el noviazgo, y por miedo a perder al otro(a), cada quien oculta hasta donde puede el sesgo oscuro de su existencia, y así, cada uno muestra su lado luminoso (seductor), dejando para el matrimonio el descubrimiento inevitable del lado oscuro de la luna.

Es entonces cuando, en algún momento de crisis, él o ella, con un fuerte sentimiento de frustración, exclama: “¡Tú no eres el que yo conocí!”, “¡Eres un fiasco de mujer!” Pero, ninguno cambió, es solo que frente a la convivencia cotidiana, nuestras debilidades, torpezas e impertinencias, afloran porque afloran… y con el paso de los años, el romanticismo se apaga, la pasión comienza a extinguirse, la rutina ocupa un penoso lugar… y nuestra capacidad de respuesta se mengua en un alto grado.

Es entonces, cuando los matrimonios se acaban… pero si hay ciertos valores de peso que hacen llevadera la existencia, se sostienen por la fuerza de la costumbre y porque de alguna forma nos necesitamos… mucho más cuando hay hijos de por medio que a ambos los quieren.

Madeleine Beudet, una pianista dedicada ahora a interpretar a Claude Debussy -en particular su muy diciente, “Jardins sous la pluie” (Jardines bajo la lluvia), inspirada en una noche de tormenta-, está pasando por el penoso ocaso de su matrimonio, pues, está ya harta del aspecto descuidado de su esposo, sus risas burlonas, y sus bromas macabras con pretensiones suicidas. La suerte de actitudes que cada uno asume ante esta situación, la directora Germaine Dulac, las toma de la obra escrita por, Deny Amiel y André Obey, y consigue plasmarlas con una gran profundidad psicológica apoyándose, muy eficazmente, en la recreación de pensamientos, deseos y emociones, para lo cual se sirve de una impecable composición de imágenes en las que aplica eficaces sobreimpresiones, magníficos claroscuros y significativos difuminados… logrando así un ejercicio cinematográfico que es arte puro en todos sus aspectos formales y narrativos.

<<LA SONRIENTE MADAME BEUDET>>, se define claramente como un drama emocional donde la vida de cientos, miles, quizás millones de parejas, queda perfectamente reflejada. Es de esa suerte de cine que te golpea en todo el plexo solar.

¿Hay esperanza?
Luis Guillermo Cardona
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