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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Bélico. Drama En plena II Guerra Mundial, cuatro soldados norteamericanos quedan atrapados y perdidos detrás de las líneas enemigas cuando su avión se estrella. Desesperados por salir de ahí, deciden planear una ruta de escape a través del río, pero en el camino se encuentran con oficiales enemigos. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El trabajo, durante casi 5 años, como fotógrafo y reportero de la revista Look, dio a Stanley Kubrick suficiente bagaje para convertirse en un profesional en esas áreas. Conoció muchas culturas y aprendió a extraer de cada rostro sus expresiones más profundas. Fue luego, que el director americano se inició en el cortometraje e hizo tres reportajes de los que debe haber sacado algún beneficio económico, puesto que, en cada uno, el motivo es propagandístico: “El día de la pelea” es una exaltación del peso medio Walter Cartier antes de que se enfrente contra el jamaiquino Bobbie James. Al menos un par de planos los usaría luego en “El beso del asesino”. “El padre volador” sirve para hacer encomio de un cura, Fred Stadtmuller, cuyos feligreses viven tan retirados de la parroquia, que él tiene que viajar en un aeroplano para poder ayudarles. Y “Los navegantes”, fue hecho a color y como propaganda del sindicato internacional de marinos interesado en fortalecer la asociación.

Se encuentra aquí, el profesional manejo de la cámara que tenía Kubrick y un buen ejercicio del montaje y de la elipsis. Por esto, cuando por fin se enfrenta a su primer largometraje, “MIEDO Y DESEO”, estamos ante un cineasta plenamente apto para el oficio.

Razones presupuestales, hacen que el filme luzca escaso de ambientación e iluminación, pero yo creo que Kubrick ha logrado contarnos bien su historia, en la que muestra la manera como la guerra destruye la moral de los hombres, llevándolos a veces a cometer delitos atroces. Por necesaria precaución -y porque además es cierto-, Kubrick dice estar aludiendo a una guerra cualquiera, aunque por los trajes y los aviones que vemos, no es difícil sentirse ubicado en la Segunda Guerra Mundial.

El propósito es pacifista y la historia escrita por Howard Sackler (también colaborador en “El beso del asesino” y futuro premio Tony por “La Gran esperanza blanca” que dirigiera Martin Ritt) contiene una notable anécdota con ese teniente y sus tres soldados queriendo escapar en una balsa de las líneas enemigas, pero que, ante el descubrimiento de un comando contrario con un general a cargo, siente que es una ocasión de oro para realizar algo realmente grande.

En un tono marcadamente poético y pudiendo leer los pensamientos, Kubrick nos habla de los deseos reprimidos, de los sueños y las esperanzas. Nos recrea las frustraciones, las salidas desesperadas, y los presentimientos fatales a punto de avenirse. Nos habla del deseo de ser alguien, pero también de la locura inducida por el miedo y los sentimientos de culpa. Un gran acierto hacer que un mismo actor (Kenneth Harp) represente al teniente Corby a cargo de los soldados americanos y al general que dirige a los enemigos. Kubrick los muestra humanos y semejantes, sensibles y reflexivos, y da clara prueba de que los actos de la guerra no se asumen siempre siguiendo las reglas.

“MIEDO Y DESEO” es el comienzo de una carrera cinematográfica ejemplar.
Luis Guillermo Cardona
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