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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama Se basa en los años de juventud de Abraham Lincoln, que llegaría a ser presidente de los Estados Unidos (1861-1865). El antiguo leñador de Kentucky es ya un abogado que empieza a destacar por su defensa de los derechos de los más humildes. Fue candidata al Óscar en 1939 en la antigua categoría de Mejor historia. (FILMAFFINITY)
28 de junio de 2010
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abraham Lincoln fue un hombre controvertido, y de seguro, con algunos rasgos de personalidad no muy encomiables (por ejemplo, no fue un marido ejemplar), pero es de gran merecimiento el lugar que, ahora, se le da como uno de los presidentes más Grandes que hayan tenido los Estados Unidos de América. De extracción humilde, y con un año incompleto de estudios escolares, Abe -como le llamaban sus amigos-, demostró un gran empuje y un incontenible deseo de aplicarse a las leyes, lo que lo animó a formarse de manera autodidacta hasta conseguir ejercer el derecho en compañía de un asociado. Alabado por su fino e inagotable sentido del humor, y opuesto a cosas absurdas como la guerra contra México o la atroz esclavitud, Lincoln perseveró incansablemente hasta lograr una posición política que iría en gradual ascenso hasta llevarlo a la presidencia.

Como abogado, defendió con tanto ahínco y con proverbial talento, tanto a sus mayores clientes, como a numerosos hombres humildes sindicados de causas criminales. Y uno de estos casos es el que nos cuenta, el director John Ford, en esta excelente película que protagoniza un Henry Fonda que da aquí una de sus más fervientes y emotivas caracterizaciones.

El filme parte de aquel momento histórico, cuando Lincoln trabaja como empleado de una tienda general en un pueblecito de Illinois, se siente muy atraído por bellas jóvenes y logra acceder a varios libros de leyes que lo absorberán por completo. También conocerá a Mary Todd, su futura esposa y madre de sus cuatro hijos, y pronto entrará en escena la familia Clay: Abigail, una madre viuda, fiel a sus dos retoños varones Matt y Adam, a su hija Carrie Sue y a su nuera Sarah, con quienes vive en paz y en armonía… hasta que llega aquel día fatídico en que los dos muchachos se ven involucrados en el asesinato de un hombre.

Ford mueve sus hilos con gran firmeza y sobriedad, con una calidez y una sensibilidad arrobadoras, y con un estilo de comedia (toda la secuencia del juicio es impecable) que consigue aquí sus más altas notas, combinando esto con un poderoso impacto emocional que ya habíamos sentido en la escena en que la turba pretende ejercer el cobarde linchamiento…

Aplausos fuertes para Alice Brady como la firme y sensitiva señora Clay, para Donald Meek como el torvo fiscal John Felder y para el resto de eficaces actores que les secundan.

“EL JOVEN LINCOLN” es la clase de filme que exulta la justicia, la dignidad y el compromiso humano, a la vez que hace justo reconocimiento de un hombre que ocupa un admirable lugar en la historia.
Luis Guillermo Cardona
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