El infierno no existe, es una condición que, externamente y/o en su propio interior, cada uno crea de acuerdo con sus pensamientos, palabras y acciones. La prueba de que ésto es verdad, vamos a verla claramente expuesta en ésta maravillosa película que el director, James Cameron, titulara <<AVATAR>>.

Estamos en el año 2154. Los residentes humanos en la luna de Pandora (por esta condición vistos ahora como extraterrestres), necesitan obtener el Unobtanium (una extraña roca que se vende a 20 millones de dólares el kilo) y que se encuentra en abundancia en el territorio de Pandora que ahora habitan los Na’vi, unos humanoides también conocidos como los Omaticaya. Para llegar allí -inspirados en el libro que escribiera la científica, Grace Augustine, ahora jefa del programa Avatar- los ejecutores de dicho programa debieron elegir a gente de condiciones muy avanzadas en ciencia y experticia militar… pero se ven obligados a aceptar a, Jake Sully, un ex-marine de bajo rango que quedara parapléjico, dado que su hermano Tom -el elegido-, fue asesinado sorpresivamente.

A regañadientes, pero, dado que no necesita sus piernas para lo que tiene que hacer –conectar su mente con un avatar creado artificialmente imitando la figura de los Na’vi-, Jake es aceptado para este viaje mental con el propósito de que, en un plazo de tres meses, convenza a los Na’vi de abandonar su territorio e irse a otro lugar… antes de que lleguen las retroexcavadoras y otros “juguetes” con los que podrían acabarlos.

Aplicando una tecnología de punta que se sirve de la CGI, Mocap y Efectos Especiales con una asombrosa creatividad, Cameron construye un mundo mágico, entre bello y terrorífico, que se convierte en una perfecta metáfora de los abusos de poder que, a lo largo de la historia, las superpotencias y otras abominaciones, han cometido contra las culturas sagradas… y digo sagradas porque han sido, son y serán, las grandes protectoras de los ecosistemas.

Quizás por haber conocido de manera directa las sinrazones de alguna guerra infame que lo dejó lisiado, Jake Sully, comprende que, antes que fidelidad a una institución, a una patria o a una raza, el hombre le debe plena fidelidad al amor, a la justicia y a la verdad, y ¡de ninguna manera deberá ser cómplice de atropellos, infamias o aniquilaciones que dañen a seres inocentes!

En el guion -escrito con sumo ingenio y con diálogos impecables por el propio Cameron-, cada personaje ha sido pensado como en aquellos grandes westerns, donde los prototipos de una sociedad quedan debidamente plantados: El hombre que cuando comprende se empeña en redimirse; la mujer brillante que se sujeta siempre a lo que es correcto hacer; el militar arrogante y fascistoide a quien no le importan los medios sino los resultados; el contratista obtuso, incapaz de ver algo distinto a la materia… y los seres de esas culturas a las que neciamente se mira como inferiores, pero, que dan prueba de una integración y de un compromiso con la naturaleza que ¡algún lejano día tendremos que aprender!

Sam Worthington (Jake), Zoe Saldana (Neytiri), Stephen Lang (Coronel Quaritch), Sigourney Weaver (Dra. Grace), Giovanni Ribisi (Parker) y el resto del reparto, dan la medida exacta en una labor que enaltece sus historiales.

Para mi gusto, <<AVATAR>> es, definitivamente, una película impecable.