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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama Un joven solitario impulsado por la ambición y el idealismo se enfrenta a la vida en el Nueva York de principios del siglo XX. Las duras condiciones que impone esta realidad desmitifican el mítico sueño americano. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2014
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
John y Mary… nuestros Juan y María, nombres que simbolizan, y simbolizarán siempre, al hombre del común, a aquellos seres que llevan una vida con muy escasas sorpresas porque, cotidianamente, viven el acoso de la rutina, de la escasez, de la falta de oportunidades; y su particular adaptabilidad a lo que la vida les brinda, hace que se comprometan poco, que luchen sin mucho ímpetu, pues quizás confían –así se los han enseñado las clases dominantes- en que, en la otra vida, va a hacérseles justicia.

La multitud camina entonces como si cada ser humano hiciera parte de un cardumen: hacen lo mismo, repiten lo mismo día tras día, y tienen procesos tan parecidos que pareciera una sola historia que se repite y repite incesantemente como las manecillas del reloj dando la vuelta al eterno círculo que las encierra. Pero esto sucede en general, porque los acaparadores de riqueza, los monopolistas, los explotadores, los grandes capitalistas, se aprovechan de su liviandad y de sus necesidades para usarlos como ovejas de un rebaño a las que se puede pagar con migajas y a las que se puede exprimir hasta que estén a punto de reventar, momento en que basta con deshacerse de ellas.

En, “The Big Parade” (1925), el director King Vidor, quiso plasmar a un hombre que observa las cosas que lo hacen feliz. Cuando el productor, Irving Thalberg, encantado con el éxito que el filme obtuvo, le preguntó cómo iba a hacer para superar lo alcanzado, a Vidor se le ocurrió sugerirle: “recrear ahora a un hombre que observa objetivamente la vida cotidiana”. Aceptada la idea, Vidor empezaría a escribir esta historia que encaja de manera prístina con el ideal que ya tenía bien claro con respecto al cine: “Este debe servir para mostrar la verdad de las cosas que nos rodean, sin fábulas de ningún tipo (…). La gente está cansada de oír, quiere ver, y el cine debe saber explicarle con honestidad todo cuanto ve”. (1)

Así, <<Y EL MUNDO MARCHA>>, se convierte en una de las más bellas, veraces y punzantes recreaciones de una sociedad enmarcada en falsos valores y en la explotación del hombre por el hombre, mientras alardea de “democracia pluralista”, de “tierra de las oportunidades” y de otras frases muy bien acuñadas para manipular la verdad y mantener adormecido al pueblo; y pese a la brillantez cinematográfica con que fue realizada, conservando aún algunos de los más bellos planos que hayamos visto en la historia del cine; y no obstante que sus valores humanos son de una trascendencia absoluta por su enorme comprensión y su perfecto acogimiento, pocas salas de cine le abrieron sus puertas a esta maravillosa película; pocos espectadores la acogieron como se merecería porque no cumplía con la “cualidad” Enajenante, que para la mayoría es sagrada… y en los premios Oscar, tan solo obtuvo dos nominaciones (Mejor Director y Mejor Película) sin que se llevara ninguno, no obstante ser uno de los tres o cuatro títulos imperecederos que había en aquella gala.

Piénsese tan solo en la técnica con la que se contaba en 1928; compárela con la que se tiene al día de hoy… y entonces, quizás se entienda que los logros alcanzados por esta película, sumados sus magníficos aportes argumentales, llevan irremisiblemente a la conclusión de que, <<Y EL MUNDO MARCHA>>, es una obra maestra. Uno de los más bellos filmes de la historia del cine.

(1) "El cine de los grandes maestros" Gian Luigi Rondi.
Luis Guillermo Cardona
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