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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama Una joven estudiante japonesa se prostituye en Tokio para pagar sus estudios. Inesperadamente encuentra una sorprendente ternura de parte de un cliente de avanzada edad. (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los jóvenes, de cualquier generación, nunca consiguen tener una vida aparte. Para bien (y para mal) están sujetos al mundo de los adultos, los cuales cuando son padres, juegan a su sostenimiento económico, a darles una educación acorde con la experiencia alcanzada… y a veces, a amargar sus días cuando, anclados en su momento histórico, confrontan y despotrican de todo lo que los chicos asumen como su estilo generacional; y de otro lado, los adultos estarán siempre en busca de los jóvenes, algunos, para defender sus derechos, para mejorar su calidad de vida, y ayudarles a comprender la existencia. Pero, muchos más, les buscarán para explotarlos, para sacar beneficios egoístas, o quizás, para recuperar un poco de olvidada ternura o de sexo denegado, aunque para ello tengan que pagarles.

Aikó (Akiko en el caprichoso sistema de traslación japonés-romance), es una bella joven estudiante de sociología, convertida en “relacionista” para pagarse sus estudios, y en este sensible filme del director iraní, Abbas Kiarostami, los adultos serán el eje central de su existencia.

El primer adulto, es quien le consigue sus nuevas relaciones, mientras hace las veces de consejero para alejarla de su celoso novio. El segundo adulto, es su abuela, la dulce mujer que viene a Tokio con ansias de verla, quizás porque presiente que su nieta no anda por buen camino (con ella se dará una de las más conmovedoras secuencias que podemos ver en, <<COMO ALGUIEN ENAMORADO>>). El conductor del taxi que la lleva a su nuevo compromiso, será el tercer adulto que entre en su vida y actuará de forma respetuosa y condescendiente, guardándose cualquier pensamiento solamente para él; y finalmente, el cuarto adulto será el profesor Watanabe, escritor y traductor, viudo y con una nieta. Es a él a quien la chica servirá para aflorar su adormecido romanticismo, su capacidad de dar afecto, y su incontenible deseo de volver a sentirse joven y como un ser enamorado (like someone in love).

Kiarostami, delinea su filme con sutileza, logrando que todo resulte sugerido y que, el espectador, se vea empujado a sacar sus propias conclusiones. Hasta el abrupto final, sólo veremos a seres humanos que buscan recibir y dar afecto… y la última respuesta nos tomará por sorpresa, sin lograr acogerla por más comprensible que resulte, porque la anécdota se desenvolvía sin juicios, aunque un temor oculto venía tomando forma desde la escena en la universidad.

Por enésima vez, Kiarostami corrobora que, la búsqueda que le interesa es más interna que exterior, aunque no deja de conjugar el mundo que va y viene en torno de cada ser humano. También, en ese tono casi documental, característico de la totalidad de su obra, el director nos hace volver a creer que la humanidad es una sola y que los corazones sienten lo mismo aquí que en Constantinopla.

En lo que a mí respecta, la sensibilidad de, Rin Takanashi (Aikó), se me ha metido bien hondo en el corazón y, Tadashi Okuno, como el profesor Takashi Watanabe, me hace sentir que no es nada fácil juzgar las debilidades humanas.
Luis Guillermo Cardona
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