Peculiar película que mezcla romance y suspense a partes iguales y en el que la ya popularísima Audrey Tautou aprovechó el fenómeno de Amelié para pervertirlo aquí con Angelique: una alma gemela y perdida en un mundo opuesto al real, razón de ser por la apasionada obsesión que siente hacia un joven, atractivo y acomodado cardiólogo interpretado por Samuel Le Bihan a quien le complicará la vida desde el anonimato pero con la inconsciencia de que él apenas la conoce y menos la quiere por una actitud de proporciones cada vez más peligrosas.

El largometraje de la realizadora Laetitia Colombani (responsable de la similar pero más cómica “Mes Stars et Moi” interpretada por Kad Merad y Catherine Deneuve) se divide en dos partes, cada uno mostrando un punto de vista diferente: el de la ingenuidad de su femenina protagonista y el segundo, desde el atormentado asediado cuya vida y profesión se ve cuesta abajo. Lo que se percibe al principio como una tonta y pánfila comedia romántica acaba siendo, por egoísmo (y malabarismo cruel pero bien sincronizado) en un oscuro reverso en forma de drama psicológico con sus momentos de interesante como intrigante suspense.