El maestro provoca, advierte, abruma, nos deja estupefactos con este film altamente erótico y al mismo tiempo vastamente profundo. Delicada disección del sufrimiento femenino, sus pasiones y fantasías, sus debilidades y crueldad. Nadie quedará abstraído de ello luego de ver esta joya, que no dejará de molestar y enfurecer a nuestro subyacente machismo, a la vaga tradición de las llamadas "buenas costumbres", al conservadurismo religioso, y a la hipocresía y frialdad pasmosa de cierto tipo de mujeres. Sí, el arte debe provocar, si se pretende arte, y aquí Buñuel nos alecciona sobre cómo hacerlo sin caer en la burda banalidad y el mal gusto. Filmada por el genio español con logrado refinamiento y estilizado manejo de la cámara, es Catherine Deneuve quien da clase de actuación para la posteridad, en la piel de la mujer tradicional y conservadora por un lado, prostituta y colmada de lujuria por el otro. ¿O todo esto es sólo un sueño, una fábula de nuestras propias fantasías y más íntimas represiones?