Es una lástima que la película no esté tan bien asesorada en lo médico como en lo artísitico. Si lo estuviera, quizá sería algo más que amarillismo para snobs.
Es completamente incompatible el título (XXY), con el tratamiento medico (cortisona) y una niña alta de tez angelical sin una sola espinilla.
Lo que más me molesta de todo es la confusión que pudiera generar en un adolescente con una alteración de la diferenciación sexual (real) que llegara a verla.
A aquellos legos que estén interesados en conocer la experiencia de un sujeto con alteración de la diferenciación sexual los invito a leer el libro Midlesex que es la historia de un sujeto con deficiencia de 5-alfa-hidroxilasa, que es sólo uno, de los múltiples trastornos de la diferenciación sexual (en esta película mezclan todos).
Admito que artísticamente es perfecta, que nos acerca emocionalemente a e estos sujetos y que el tema de la paternidad y de la adolescencia se tratan magníficamente. Incluso admito que lloré.
Lástima, repito, que no les interesó el aspecto médico y no les interesaron los dos o tres endocrinólogos pediatras ni las dos o tres personas con alteración de la diferenciación sexual que la veríamos.

Atte. Fernanda Castilla. Endocrinóloga pediatra.