Para quien escribe estas líneas valorar en su justa medida Kare Kano resulta una ardua tarea porque sin duda representa parte de mi infancia y de mi proceso de maduración y además fue uno de los animes que me incitó a indigar más en el género romántico —uno un poco infravalorado por el público en general—. Sin más, voy a intentar ofrecer una valoración justa y, creo, interesante con la que espero incitar a los que no hayan visto este anime que se animen a verla, porque merece la pena.

Kare Kano nos cuenta la historia de Yukino, una joven obsesionada con su imagen y con ser una estudiante sobresaliente que un día ve amenazada su posición con la llegada de Arima, un joven guapo y perfecto que relega a la joven protagonista a un segundo plano. A partir de aquí Yukino intentará acabar con él y volverse de nuevo la estrella de la escuela, pero cuando empieza a conocerle se da cuenta de que quizás no es esa la clase de vida que quiere llevar.

Personalmente no me gusta destripar nada de una serie y aunque creo que esta serie no es de esas que sorprenden con giros inesperados no voy a desvelar nada de la trama, ni de los secretos ni deseos de los personajes. Yukino me parece una protagonista brillante: es divertida, carismática y tiene una evolución lógica con la que se puede empatizar. Además funciona de contrapunto perfecto al carácter frío y misterioso de Arima, que además presenta un conflicto interior muy dramático que se va volviendo más y más intenso conforme avanzan los episodios. Hay muchos secundarios en esta serie, pero lo cierto es que ninguno —o casi ninguno— es del todo desechable. Todos tienen personalidad, todos son reconocibles y cumplen una función en esta historia que influye, más o menos, en el transcurso de la vida de los protagonistas —algo que hoy en día no es tan fácil de encontrar en una serie—.

En general considero que Kare Kano es un anime bastante competente, que cumple en casi todo sus aspectos y que sabe equilibrar muy bien la diversión con el drama y la introspección de sus personajes con chascarrillos y bromas. Hideaki Anno, creador de la archiconocida Neon Genesis Evangelion (1995), fue el encargado de guionizar esta serie y, como fan suyo que soy, se nota bastante. Salvando muchos las distancias, creo que Evangelion y Kare Kano no son tan distantes en algunos aspectos, a pesar de tener personajes muy diferentes y de que la trama no tenga prácticamente nada que ver. Anno parece ser predilecto a las instrospecciones y lo cierto es que en ambas series esto se ve con cierta frecuencia, al igual que las escenas oníricas que sirven como metáforas de los sentimientos de los personajes. No importa qué pasa, sino cómo pasa. No importa el destino, sino el viaje. Esta serie, en definitiva, nos muestra eso: el tránsito de la vida adolescente, de los institutos, de los primeros amores, de los primeros amigos de verdad, de las inquietudes, de los sueños, de las dudas y de ser quienes realmente somos sin tener miedo.

Obviamente no son todo aciertos en esta serie; si algo se le puede achacar a Kare Kano es que es, en ocasiones, tremendamente irregular. Para empezar, la serie solo abarca una pequeña parte de la historia del manga —es decir, que se queda a medias— y la animación, sobre todo en sus últimos capítulos, deja un poco que desear —muchas escenas son estáticas e incluso hacen uso de viñetas del propio manga para mostrar alguna escena concreta—. A pesar de todo, creo que Kare Kano es uno de los animes de comedia romántica dramática más interesantes del panorama. Una experiencia de la que enamorarse y vivir con sus personajes y que todo fan del género debería poder disfrutar.