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Voto de Pepe Alfaro:
7
Drama Una pareja viaja a un país de Europa Oriental para adoptar a un niño, pero la operación no sale según lo previsto. Enseguida se ven inmersos en un ambiente hostil donde reina la corrupción y se trafica con el futuro de los niños y la esperanza de los padres. Así, lo que empezó siendo un sueño acaba convirtiéndose en una pesadilla. (FILMAFFINITY)
4 de octubre de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para su segunda película en solitario (la anterior, 7 minutos, se estrenó en 2009), la guionista y directora argentina Daniela Fejerman parte de su propia experiencia personal, tamizada por el tiempo y la colaboración en la escritura de Alejo Flash, al objeto de objetivar el relato y articular una historia consistente y realista. Esta es la gran baza de La adopción, su tono naturalista, tanto en la descripción de los fríos ambientes como en la definición de los diferentes personajes.
La peripecia de una pareja que ha invertido más de 10.000 euros en un proceso de adopción, ante la imposibilidad de convertirse en padres de forma biológica, y que viajan para cumplir el sueño a un país indeterminado del Este, falacia inexistente desde la caída del Muro que para la Europa Occidental referencia el límite pobre del Viejo Continente. Aunque en la película no se cita explícitamente para evitar suspicacias (la directora lo sufrió en Ucrania), el film se ambientó en las heladas tierras lituanas (las matrículas LT así lo delatan), aportando a la historia el contrapunto de frialdad y oscuridad a los ardientes anhelos de los personajes que viajan desde España para encontrarse una burocracia corrompida, un montaje estructurado para lucrarse negociando con los sentimientos y, lo que es mucho más grave, con la vida de los niños.
La difícil tesitura tensionará las relaciones de la pareja, sacando a relucir sus propias frustraciones y traumas, pues cada uno pretenderá resolver el asunto a su manera, con el desgaste y la carga emocional que conlleva enterarse que la mayor parte del dinero que han pagado está destinado al soborno; el desgaste moral de aguantar que les recriminen que en realidad es como si estuvieran “comprando un hijo”. Todo mostrado con buen tacto y sensibilidad, convirtiendo La adopción en una película que consigue empatizar con el espectador participándole del drama de los personajes, muy creíblemente interpretados por los actores Nora Navas y Francesc Garrido, que aportan un plus de verismo desde su propia apariencia cotidiana; el mayor halago es que no parecen actores, sino que están viviendo una experiencia demoledora. Menos mal que aunque los niños ya no vengan de París la felicidad es la misma.
Es muy probable que La adopción pase por la cartelera de nuestra ciudad de forma prácticamente imperceptible, como suele ocurrir con los títulos que no llegan apoyados en una cobertura mediática importante. En cualquier caso, merece más atención por parte de los espectadores, pues no es muy habitual que una película consiga transmitir emociones e inquietudes de la manera más sencilla, sin recurrir al folletín o la sensiblería. Es el resultado de una historia bien contada, donde tan importante es lo que vemos desde nuestro punto de vista como las elipsis que suceden desde el lado de los funcionarios encargados de tomar las decisiones, y que darían lugar a otra película igual de interesante.
Pepe Alfaro
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