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Voto de Francesca:
8
Aventuras. Drama Durante un viaje en solitario a través del Océano Índico, un hombre (Robert Redford) descubre al despertar que el casco de su velero de 12 metros se ha agrietado tras una colisión con un contenedor que flotaba a la deriva. A pesar de las reparaciones, de su experiencia marinera y de una fuerza física que desafía su edad, a duras penas logra sobrevivir a la tormenta. Pero el sol implacable, la amenaza de los tiburones y el agotamiento de ... [+]
2 de marzo de 2014
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Dos elementos: un hombre y el mar. Cuatro líneas de diálogo, cuatro frases musicales. No hay más. No se sabe el nombre del protagonista ni de dónde viene ni adónde iba. Solo se ve a este hombre en tiempo presente luchando contra la adversidad. Porque esta quizá el gran logro de la película: conseguir meternos a la fuerza en el presente. Pero no ese presente espiritual alabado por los sacerdotes de la Nueva Era, sino un presente real, crudo y duro. Si tienes una vía de agua hay que repararla, si hay que achicar, es lo que toca; si hay que arriar la vela, se hace. Cada momento es único y el navegante, y nosotros con él, no sabemos lo que va ocurrir en el instante siguiente.

Planos cortos la mayor parte del tiempo que marcan el contraste entre el pequeño punto que forma el barco en medio del vasto océano. El contraste también queda palpable cuando la embarcación de “Nuestro hombre” (así se denomina en los títulos de crédito), literalmente roza los cargos mastodónticos. Frente a esas moles que desafían la gravedad la barquita es una mota de polvo en el espacio.

Impresionante el retrato por parte de Redford de la lucha, de la impotencia y de ladegradación paulatina. Imposible preguntarse, ¿en qué momento me habría hundido (en todos los sentidos) yo? Es tal la cantidad de agua, que hasta te extrañas de estar seco en tu sillón.

Una pena que no queden plasmados el frío provocados por los vientos en latitudes donde nada detiene el aire. Y la humedad. Nada se seca en el mar. En cambio, aquí vemos al protagonista en mangas de camiseta y muchas veces con la ropa seca. Pero esto no quita en el fondo fuerza a un relato grande en horizontes y en interpretación. Mantiene la angustiay la emoción en todo momento.

P.S. Impresiona ver al final el desfile de los nombres que aparecen en los títulos de créditos. Son listas que desfilan durante cinco buenos minutos.

http://www.francescaprince.es/blog/
Francesca
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