Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with ernesto
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de ernesto:
7

Voto de ernesto:
7
6.0
6,390
Drama. Comedia
Peter Joseph, al que todos llaman Peejoe, tiene doce años y vive en una pequeña localidad sureña de Alabama; su rutinaria existencia se verá alterada cuando su tía Lucille, que acaba de matar a su marido, decide irse a Hollywood para triunfar en la televisión. Mientras espera noticias de ella, oirá hablar por primera vez de maridos que abusan de sus esposas y, también, de los llamados "derechos civiles", que durante aquel verano de ... [+]
18 de agosto de 2011
18 de agosto de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente el debut de Antonio Banderas como director fue uno de los más inesperados que cabía imaginar. Lo último que se podía esperar de un señor nacido en Málaga, formado profesionalmente en el cine español, y con una cultura cien por cien latina, es que se lanzara a la dirección con una historia tan alejada de él como Alabama lo está de Málaga.
Además la historia, basada en un libro de Mark Childress, es un conglomerado de grandes temas, que podría resultar complejo para cualquier director novato, aunque hubiera nacido lo más profundo del sur de los Estados Unidos. Lo mejor de todo viene ahora, y es que Banderas superó con nota el esfuerzo, y Locos en Alabama es una película profundamente americana, tan fresca como irregular, pero que no pierde el encanto en ningún momento.
La película, que transcurre a mediados de los años 60, tiene dos protagonistas. Por un lado Lucille, que cansada de estar anulada como persona decide matar a su marido, y huir con su cabeza debajo del brazo rumbo a Hollywood donde quire triunfar como actriz. Por otro lado está Peejoe, uno de sus sobrinos, y la única persona que conoce las intenciones de su tía. Durante ese verano, además, tomará conciencia de los problemas raciales que empañan a su comunidad.
El viaje de Lucille resulta hilarante y divertido, mientras que los problemas de Peejoe ponen la nota social en una historia que combina de forma bastante hábil dos líneas argumentales que podrían dar lugar a dos películas completamente diferentes y que , en cambio, encajan y se complementan con razonable acierto.
Antonio Banderas, que solo ejerce tareas de dirección, se muestra carrecto pero convencional en la puesta en escena, y recurre a ralentis para enfatizar la acción y algunos tópicos parecidos para hacerse notar como director, pero la verdad es que aunque resulta un tanto torpe, su labor es más que aceptable.
Donde se muestra mas efectivo es en el tono que encuentra para contar la historia. La excentricidades de Lucille, e incluso la propia interpretación que de ella hace Melanie Griffith, podría resultar chirriantes si Banderas no hubiera jugado con los matices con cierta destreza. Igualmente los problemas raciales del relato, que afectan directamente a Peejoe, hubieran resultado una sucesión de tópicos si no fuera por ese punto justo de sincera emoción que consigue traspasar la pantalla. Todo esto acaba confluyendo en una secuencia final que acaba siendo tan resultona como previsible, pero que cumple con su objetivo, que es el de dejar al espectador reconfortado y satisfecho.
Antonio Banderas le brinda a su mujer, Melanie Griffith, un personaje de auténtico lucimiento, y aunque su interpretación se mueve en un filo peligroso, consigue salir triunfante del esfuerzo. O eso me parecio a mi, ya que en Estados Unidos fue candidata al Razzie a la peor actriz del año. El resto del reparto también está a la altura de las circunstancias.
Además la historia, basada en un libro de Mark Childress, es un conglomerado de grandes temas, que podría resultar complejo para cualquier director novato, aunque hubiera nacido lo más profundo del sur de los Estados Unidos. Lo mejor de todo viene ahora, y es que Banderas superó con nota el esfuerzo, y Locos en Alabama es una película profundamente americana, tan fresca como irregular, pero que no pierde el encanto en ningún momento.
La película, que transcurre a mediados de los años 60, tiene dos protagonistas. Por un lado Lucille, que cansada de estar anulada como persona decide matar a su marido, y huir con su cabeza debajo del brazo rumbo a Hollywood donde quire triunfar como actriz. Por otro lado está Peejoe, uno de sus sobrinos, y la única persona que conoce las intenciones de su tía. Durante ese verano, además, tomará conciencia de los problemas raciales que empañan a su comunidad.
El viaje de Lucille resulta hilarante y divertido, mientras que los problemas de Peejoe ponen la nota social en una historia que combina de forma bastante hábil dos líneas argumentales que podrían dar lugar a dos películas completamente diferentes y que , en cambio, encajan y se complementan con razonable acierto.
Antonio Banderas, que solo ejerce tareas de dirección, se muestra carrecto pero convencional en la puesta en escena, y recurre a ralentis para enfatizar la acción y algunos tópicos parecidos para hacerse notar como director, pero la verdad es que aunque resulta un tanto torpe, su labor es más que aceptable.
Donde se muestra mas efectivo es en el tono que encuentra para contar la historia. La excentricidades de Lucille, e incluso la propia interpretación que de ella hace Melanie Griffith, podría resultar chirriantes si Banderas no hubiera jugado con los matices con cierta destreza. Igualmente los problemas raciales del relato, que afectan directamente a Peejoe, hubieran resultado una sucesión de tópicos si no fuera por ese punto justo de sincera emoción que consigue traspasar la pantalla. Todo esto acaba confluyendo en una secuencia final que acaba siendo tan resultona como previsible, pero que cumple con su objetivo, que es el de dejar al espectador reconfortado y satisfecho.
Antonio Banderas le brinda a su mujer, Melanie Griffith, un personaje de auténtico lucimiento, y aunque su interpretación se mueve en un filo peligroso, consigue salir triunfante del esfuerzo. O eso me parecio a mi, ya que en Estados Unidos fue candidata al Razzie a la peor actriz del año. El resto del reparto también está a la altura de las circunstancias.