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Voto de fresenius:
7
Drama La soledad, el amor y la muerte se reflejan en esta historia de dos jóvenes en que, después de casarse, él muere arrollado por un tren. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maborosi se puede considerar la primera película de Koreeda pues anteriormente sus trabajos estuvieron circunscritos al terreno del documental. Y para ser la primera película del director japonés no es, precisamente, una película sencilla. De hecho puede hacerse muy cuesta arriba si se va esperando un film más o menos convencional.

El punto de partida: El marido de una joven aparentemente se suicida sin previo aviso ni razón, dejando atrás a su esposa y a un bebé de tres meses.

Y no es que luego ocurra mucho más. Maborosi es una película sobre la tristeza de quien queda, de la nueva forma de ver el mundo, de la falta de comprensión y de la soledad. Es una película fundamentalmente visual, Koreeda compone unos planos que bien pudieran ser pinturas en penumbra. Hay muy poca luz en todo el film, reina la penumbra cuando Yumiko (Makiko Esumi) está presente o cuando ella contempla, es fundamental la oscuridad para contar lo que se quiere. La fotografía de la película no debe haber sido, para nada, sencilla. Y su resultado es excelente y ello a pesar de haber visto una mejorable copia en DVD.

Contrariamente a lo que pudiera parecer, a pesar del poco diálogo que tiene, la película no resulta larga, básicamente porque Koreeda ya perfila en su primer film la maestría que tiene en saber mostrar lo cotidiano. Y sobre todo, saber transmitir al espectador los sentimientos de sus personajes "simplemente" a través de la cotidianeidad de la vida, sin forzar situaciones ni recurrir al melodrama. Dejar que el propio espectador piense en lo que ocurre, sea capaz de captar la esencia de lo que está viendo. A Maborosi solo se le puede achacar, quizás, una excesiva frialdad, y también distanciamiento. La película tiene muy pocos primeros planos y por momentos es excesivamente contemplativa. Si tuviera que elegir solo un par de planos me quedo con aquellos en los que las imágenes de los personajes aparecen reflejados en el agua, los dos nuevos hermanos correteando por el filo de una balsa y el impresionante y alargado plano que tiene lugar casi al final, en el mar.

Habiendo visto casi toda la filmografía de Koreeda pero empezando desde "Dare mo shiranai" (Nadie sabe, 2004) en adelante, es decir, habiendo visto ahora sus primeras películas, es sencillo apreciar que el propio director ha ido evolucionando en sus trabamos hacia un cine más asequible, aunque siempre, cuanto menos, interesante.
fresenius
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