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España España · Madrid
Voto de Barfly:
8
Drama Una familia pasa las vacaciones de invierno en los Alpes. El sol brilla y las pistas están magníficas, pero mientras comen en un restaurante, se produce una avalancha que asusta a los clientes. La madre llama a su marido para que la ayude a salvar a sus hijos, pero él ha huido para salvar su vida. La avalancha se detiene delante del restaurante, sin ocasionar daños, pero el universo familiar ya se ha resquebrajado. Tomas buscará ... [+]
13 de febrero de 2015
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película no es una película. Esta película escapa a los análisis académicos, objetivos, grisáceos y adocenados que tanto abundan y que tanto imponen las mentes estreñidas y melifluas desde sus cuadernos de bitácora. Esta película se ríe de los directores de fotografía, de los travellings, de las lentitudes, de los encantos. Pero, por encima de todo, esta película se ríe de ti.

Ahora estás leyendo esto. Después te miraras a hurtadillas delante de un espejo. A continuación comprobarás que el reflejo te sigue mirando directamente a los ojos. ¿Tú correrías si una avalancha de nieve se cierne sobre ti dejando a tu pareja e hijos atrás, y si surgen preguntas, pues dejo que surjan?

¿Tú eres de los que correrían?
¿Qué te responde exactamente el espejo?

Esta película la vi tras contemplar el esplendoroso chocho de Motta, y bendita la hora. No me la quito de la maldita cabeza. Aunque no hablo de la película. Porque esto no es una película, conviene recordar. Es el planteamiento más retorcido, perverso y sutil que recuerdo para detonar una historia dramática en mucho tiempo. Aunque esto, por continuar riéndose de etiquetas, y especialmente de ti, no es un drama al uso. Es un engendro de crueldad y humor, un artefacto que reparte lucidez, hilaridad y desconcierto a partes iguales. Imposible saber lo que te espera a la vuelta de la esquina. Imposible apartar la mirada de la pantalla. Imposible no conectar con el inigualable paria que la protagoniza, el híbrido más incontestable que yo haya visto jamás entre Esteban Dorito y Axl Rose. Imposible no empatizar con el atómico personaje interpretado por Alexi Lalas, su indesmayable camarada, su cómplice de miserias, culpabilidades y cervezas en la nieve. Uno corrió. El otro correría.

Esta película habla, con singularidad, con un tono insólito, con gracia, con sadismo, con esplendor, y hasta a veces con estupidez, de la fragilidad del amor y la confianza, de la odisea conyugal, de su desgaste, de su muerte a plazos con intereses, del macho alfa subnormal, de las chaquetas de Nicolas Cage que reivindican la individualidad y la libertad personal. Y del que se jodan los demás, naturalmente.

Esta película habla, especialmente, a todos aquellos que corren. En la nieve y ante la mirada monstruosa del espejo.


Esta película me habla a mí.

Y a ti.
Barfly
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