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Voto de TOM REGAN:
7
8.1
3,478
Drama. Bélico
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Kaji, un japonés pacifista, trata de librarse del servicio militar aceptando un trabajo como supervisor laboral en las minas de la Manchuria ocupada. Kaji se dedica a mejorar las pésimas condiciones de vida de los prisioneros, pero sus esfuerzos son despreciados por el jefe del campo de concentración. Un día, el odio acumulado estalla y tiene terribles consecuencias. (FILMAFFINITY)
11 de febrero de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
17/17(24/01/20) Atractiva propuesta del combativo realizador nipón Masaki Kobayashi, primera parte de la trilogía estrenada entre 1959 y 1961, basada en la novela autobiográfica de seis partes del mismo nombre de Junpei Gomikawa de seis volúmenes publicada entre 1956 y 1958 de Junpei Gomikawa. Al igual que el protagonista de la novela, Gomikawa fue reclutado por el Ejército Imperial Japonés durante la Segunda Guerra Mundial y estacionado en Manchuria, ocupada por Japón. Autodescrito como pacifista y socialista, se había negado a elevarse por encima del rango de privado, sintiéndose opuesto tanto a la guerra como a la ideología imperialista de Japón en ese momento. Kobayashi se adhirió a tales puntos de vista por el resto de su vida, siempre siendo crítico con la cultura conformista de Japón. Recordando sus propias experiencias en la guerra y sintiéndose conectado con acontecimientos de la novela, Kobayashi aseguró los derechos de Gomikawa y solicitó a Shochiku que aprobara el proyecto. Debido a que el tema criticaba directamente las acciones de Japón durante la WWII, el estudio inicialmente no estaba entusiasmado con la película y solo cedió cuando Kobayashi amenazó con renunciar. Durante el rodaje, Kobayashi tuvo objetivo ser fiel posible al trabajo de Gomikawa. Tenía a mano una copia de la novela original para ayudar en este sentido. Si hubiera escenas en el libro, pero no el guión, se agregarían cuando sea posible. Los actores generalmente eran notificados de estos cambios con un día de anticipación para memorizar sus nuevas líneas. Debido a este esfuerzo por precisión, se informó que Gomikawa estaba muy satisfecho con la adaptación. Incluyendo la preproducción, The Human Condition tardó cuatro años en completarse. Protagonizada por Tatsuya Nakadai, sigue la vida de Kaji, pacifista y socialista japonés, tipo íntegro (lo que es uno de los mantras de la filmografía del director, ejemplo es “Seppuku” o “Samurai Rebellion”) que trata de sobrevivir y enfrentarse al mundo totalitario y opresivo de la WWII, Japón. En total, como una sola película dura 9 horas, 47 minutos, incluye intermisiones, la convierte en una de las películas narrativas más largas jamás realizadas. Es una obra valiente al ser una producción japonesa donde los malos son los nipones, y los chinos (tradicionalmente enemigos del país del Sol Naciente) las víctimas del salvajismo del invasor de la nación del código Bushido, siendo muy autocrítica, alejada del patriotismo panfletario ahonda en lo pernicioso del pan-japonesismo, arremetiendo contra lo venenoso de las Guerras, contra el abuso del poder, contra la corrupción moral del poderoso. Esta obra marcó la senda de películas que reflejarían el lado no épico de las guerras, influenciando en autores no japoneses como Stanley Kubrick, Francis Ford Coppola, Clint Eastwood, etc.
Una película con una primera parte en lo que es la presentación del protagonista, un tipo de una pieza, incorruptible, un idealista que pelea contra un sistema marcial violento, intentando serpentear una estructura de humillaciones y vejaciones a los prisioneros para intentar tratarlos mejor, ello con la excusa de que así rendirán mejor en su trabajo, cuando en realidad es un humanista. Pero en cierto tiempo la cinta se convierte en reiterativa y lenta, entrando en estancamiento que le impide avanzar hacia algún lado, Kobayashi queriendo ser fiel a las novelas se ha pasado de metraje, yendo demasiado lejos en su minutaje, pudiendo contar lo mismo en mucho menos tiempo, y es que el tempo cinematográfico es diferente al literario, la capacidad de síntesis es inexistente aquí, provocando el alejamiento del espectador (o sea yo) con el paso del tiempo hacia ninguna lado.
Film épico dividido en dos mitades con su intermisión en (más o menos) la mitad, mostrando los horrores de la trastienda de la guerra (en esta primera parte no vemos batallas), lo que sucede tras las líneas bélicas, donde se intenta abastecer a la maquinaria de guerra mediante la mano de obra esclava de con los prisioneros. Y allí llega un ‘Quijote’ honesto que intentará cambiar las formas en que son tratados, pero esto entrará en colisión tanto con los mandos japoneses, como contra los prisioneros que se aprovecharán de su bondad. Dejando en ello un halo pesimista contra la Condición Humana, donde el cainismo es nuestro gran enemigo, donde las buenas intenciones idealistas son saboteadas por todos, unos por resquemores y otros por ver debilidad en ello. Siendo la paradoja que el buenismo humanista del protagonista termina por ser el motor de las desgracias en el campo de prisioneros, el Hombre es un Lobo para el Hombre.
Vemos a un solitario hombre que navega contra corriente, lidia contra una burocracia desalmada, contra unos mandos brutalizados, donde el egoísmo darwinista es lo que prima. Este ‘picar piedra’ irá desgastando al protagonista, lo irá desmoralizando gradualmente, en esta cloaca de inmundicia donde se dan cita el sadismo, las envidias, el despotismo, las arbitrariedades, las vejaciones, las decapitaciones, las conspiraciones. Un lugar donde los presos son tratados como animales que para calmar su lívido son agasajados por prostitutas, cual bestias en celo.
Pero en mi modesta opinión no es una película redonda como sí lo son “Seppuku” o “Samurai Rebellion” ambas de Kobayashi. Como ya he mencionado me resultan excesivos los subrayados, las redundancias en algo ya masticado varias veces, costándole avanzar en muchos tramos, ejemplo son las varias fugas que terminan por ser cansinas; La historia de amor entre el protagonista y su mujer Michiko (correcta Michiyo Aratama) resulta poco atractiva, cayendo en tópicos de la esposa abnegada, sin más personalidad que ser percha de su marido; Como también la historia de amor entre la prostituta y el preso es otro parche que hace aumentar el metraje sin que aporte demasiado.
Una película con una primera parte en lo que es la presentación del protagonista, un tipo de una pieza, incorruptible, un idealista que pelea contra un sistema marcial violento, intentando serpentear una estructura de humillaciones y vejaciones a los prisioneros para intentar tratarlos mejor, ello con la excusa de que así rendirán mejor en su trabajo, cuando en realidad es un humanista. Pero en cierto tiempo la cinta se convierte en reiterativa y lenta, entrando en estancamiento que le impide avanzar hacia algún lado, Kobayashi queriendo ser fiel a las novelas se ha pasado de metraje, yendo demasiado lejos en su minutaje, pudiendo contar lo mismo en mucho menos tiempo, y es que el tempo cinematográfico es diferente al literario, la capacidad de síntesis es inexistente aquí, provocando el alejamiento del espectador (o sea yo) con el paso del tiempo hacia ninguna lado.
Film épico dividido en dos mitades con su intermisión en (más o menos) la mitad, mostrando los horrores de la trastienda de la guerra (en esta primera parte no vemos batallas), lo que sucede tras las líneas bélicas, donde se intenta abastecer a la maquinaria de guerra mediante la mano de obra esclava de con los prisioneros. Y allí llega un ‘Quijote’ honesto que intentará cambiar las formas en que son tratados, pero esto entrará en colisión tanto con los mandos japoneses, como contra los prisioneros que se aprovecharán de su bondad. Dejando en ello un halo pesimista contra la Condición Humana, donde el cainismo es nuestro gran enemigo, donde las buenas intenciones idealistas son saboteadas por todos, unos por resquemores y otros por ver debilidad en ello. Siendo la paradoja que el buenismo humanista del protagonista termina por ser el motor de las desgracias en el campo de prisioneros, el Hombre es un Lobo para el Hombre.
Vemos a un solitario hombre que navega contra corriente, lidia contra una burocracia desalmada, contra unos mandos brutalizados, donde el egoísmo darwinista es lo que prima. Este ‘picar piedra’ irá desgastando al protagonista, lo irá desmoralizando gradualmente, en esta cloaca de inmundicia donde se dan cita el sadismo, las envidias, el despotismo, las arbitrariedades, las vejaciones, las decapitaciones, las conspiraciones. Un lugar donde los presos son tratados como animales que para calmar su lívido son agasajados por prostitutas, cual bestias en celo.
Pero en mi modesta opinión no es una película redonda como sí lo son “Seppuku” o “Samurai Rebellion” ambas de Kobayashi. Como ya he mencionado me resultan excesivos los subrayados, las redundancias en algo ya masticado varias veces, costándole avanzar en muchos tramos, ejemplo son las varias fugas que terminan por ser cansinas; La historia de amor entre el protagonista y su mujer Michiko (correcta Michiyo Aratama) resulta poco atractiva, cayendo en tópicos de la esposa abnegada, sin más personalidad que ser percha de su marido; Como también la historia de amor entre la prostituta y el preso es otro parche que hace aumentar el metraje sin que aporte demasiado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La puesta en escena resulta formidable en su primaria función de transmitir un estado de ánimo. Empezando por el sensacional diseño de producción de Kazue Hirakata (“Kuroi Kawa”), con el escenógrafo Yoji Maru y el decorador de escenarios Kyoji Sasaki, hacen una gran labor recreando el campo de prisioneros en Manchuria, colindado por una deprimente aldea, con esas colinas volcánicas áridas, emitiendo hostilidad ambiental. Filmando en el norte de Japón (debido a las tensas relaciones chino-japonesas en ese momento), en Hokkaido para el escenario de Manchuria durante período de dos meses; Todo esto atomizado por la magnífica cinematografía en glorioso b/n de Yoshio Miyajima (Harakiri” o “El más allá”) en amplia relación de aspecto de 2.35: 1. Ello para reflejar la ampulosidad, las profundidades de campo donde el ‘héroe’, su soledad en la inmensidad, manejando de modo expresionista la cámara con contrapicados, con planos inclinados, con muchas tomas del protagonista subiendo y bajando colinas a modo del sufrimiento mental, con tomas de grupos de personas que camina al trabajo cual zombis por lares baldíos, en contraposición con muchos planos de Kaji visto en solitario, cual alegoría de su situación quijotesca, varias ocasiones surcando el perfil de una ladera yerma, cual figura aislada, sumado a primeros planos incisivos.
Tatsuya Nakada en su primer papel protagonista como noble e idealista Kaji me resulta excesivamente intenso, su rostro tenso no descansa en todo el extenso metraje, su rol es muy honesto y digno de alabar, pero su actuación me resulta falta de matices, monocorde, no tiene variaciones su impertérrita expresividad. El actor ha aparecido en una serie de grandes películas, como protagonista de Kurosawa como “El infierno del odio”, “Yojimbo”, “Ran” y “Kagemusha”. Además de trabajar con Kobayashi, e “Samurai Rebellion”, “Kwaidan” y “Harakiri. Descubierto trabajando por Kobayashi en una tienda.
Me queda una historia recomendable, de mensaje que debería ser universal, pero con sus taras de fundamentalista de fidelidad al material de las novelas. Fuerza y honor!!!
Tatsuya Nakada en su primer papel protagonista como noble e idealista Kaji me resulta excesivamente intenso, su rostro tenso no descansa en todo el extenso metraje, su rol es muy honesto y digno de alabar, pero su actuación me resulta falta de matices, monocorde, no tiene variaciones su impertérrita expresividad. El actor ha aparecido en una serie de grandes películas, como protagonista de Kurosawa como “El infierno del odio”, “Yojimbo”, “Ran” y “Kagemusha”. Además de trabajar con Kobayashi, e “Samurai Rebellion”, “Kwaidan” y “Harakiri. Descubierto trabajando por Kobayashi en una tienda.
Me queda una historia recomendable, de mensaje que debería ser universal, pero con sus taras de fundamentalista de fidelidad al material de las novelas. Fuerza y honor!!!